El miércoles 2 de septiembre de 1981, cerca de las 16, un hombre vestido de civil entró a la oficina de la calle Libertad, entre Corrientes y Lavalle, en pleno centro porteño. Sin identificarse les enseñó la ametralladora que traía consigo y que luego, ocultó debajo de su chaqueta. “Bueno muchachos esto se acabó. Todos de pie”, dijo con voz firme. Era Aníbal Gordon, el criminal conocido por su participación en actividades... + Leer noticia completa
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