El gen artístico está instalado en la familia y Candelaria de la Cruz le hace gala. Siente que es un legado y ni siquiera se cuestionó cuál era su vocación. A diferencia de la mayoría de los niños, ella se divertía detrás del telón, viendo cómo su padre Maxi de la Cruz arrancaba sonrisas al auditorio. Y se dio el lujo de ser una Chin Chin en tiempos donde su abuelo Cacho de la Cruz hacía historia con el legendario Cacho Bochinche.... + Leer noticia completa
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