Gerardo Amatta no sueña con un mundo mejor: lo construye. En el barrio Confluencia, que lo tuvo casi tres décadas de vecino y en donde hace ocho años que es director del Centro de Formación Profesional Nu00b0 35, cada acción que emprende está impregnada de altruismo y de ternura. Sin esperar nada a cambio, este docente de 57 años es capaz de edificarle un hogar a alguien que lo necesite, de conseguir un calefactor para una familia que... + Leer noticia completa
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