Rusia y EE UU acuerdan “sentar las bases de una negociación futura” al concluir la primera negociación cara a cara sobre Ucrania

Rusia y EEUU sentados en la mesa de negociaciones

Rusia y EEUU sentados en la mesa de negociaciones

Credito: Agencias

De la nada al casi todo. En su primera reunión significativa en casi cuatro años, Estados Unidos y Rusia han acordado este martes en Riad, sin presencia de representantes ucranios ni europeos, explorar caminos para normalizar sus relaciones diplomáticas, para lograr el final de la guerra en Ucrania y para lanzar una cooperación geopolítica y económica en la posguerra que daría un vuelco espectacular al orden mundial establecido.

En las conversaciones de las delegaciones encabezadas por el secretario de Estado, Marco Rubio, y el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, bajo mediación saudí, ambas partes han acordado "sentar las bases para la cooperación futura en asuntos de interés geopolítico mutuo y oportunidades de inversión históricas que surgirán de una resolución exitosa del conflicto en Ucrania", según un comunicado del Departamento de Estado. Ambas delegaciones han destacado como gran éxito restablecer sus misiones diplomáticas, diezmadas tras años de expulsiones mutuas de sus respectivos funcionarios.

El ministro de Exteriores ruso ha asegurado desconocer el supuesto plan de tres fases para Ucrania, que ha filtrado la cadena de televisión Fox News, aunque ha considerado "original e interesante" su propuesta: primero una tregua; segundo, la celebración de elecciones en Ucrania; y tercero, la paz. Sin embargo, esta propuesta ha provocado dudas entre los analistas del conflicto porque permitiría rearmarse a Moscú, Kiev no recibiría apoyo y los ucranios podrían ser forzados a elegir a un títere de Vladímir Putin bajo la amenaza de más guerra. Además, Lavrov también ha rechazado la propuesta de un contingente de paz europeo en suelo ucranio: "La aparición de tropas de los países de la OTAN, aunque sea bajo una bandera extranjera, la bandera de la Unión Europea o las nacionales, es inaceptable".

Ambas delegaciones han salido de las casi cinco horas de reunión con declaraciones positivas. Steve Witkoff, el enviado especial de Donald Trump para las negociaciones, lo ha descrito como "positivo, optimista, muy sólido". Por su parte, Rubio, como cabeza de la delegación estadounidense, ha asegurado que conseguir la paz en Ucrania podría "abrir la puerta" a unas "oportunidades increíbles que existen para asociarse con los rusos geopolíticamente en cuestiones de interés común y económicamente en asuntos que esperamos que sean buenos para el mundo, y que mejorarán nuestras relaciones a largo plazo". Todo un giro de 180 grados en la política estadounidense, que desde la ocupación rusa de la península ucrania de Crimea en 2014 había recortado sus lazos con Moscú y que tras la invasión de Ucrania en 2022 convirtió al del Kremlin en un Gobierno paria, sometido a múltiples a sanciones.

Las dos delegaciones, no obstante, han indicado que el contacto en Riad solo ha sido preliminar. Según la parte rusa, los equipos negociadores de Washington y Moscú abordarán la guerra de Ucrania "a su debido tiempo". El asesor de política exterior del Kremlin y segundo de la delegación rusa, Yuri Ushakov, se ha mostrado menos entusiasta sobre los resultados del encuentro. "Todavía es difícil hablar de un acercamiento entre las posiciones de Moscú y Washington", ha declarado el alto cargo, aunque las más de cinco horas de reunión mantenidas, en su opinión, "no han ido mal". "Hoy ha supuesto el primer paso de un camino largo y difícil, pero importante", ha resaltado Rubio.

Un camino que, según el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, debe lograr "un fin permanente a la guerra, no una pausa temporal como hemos visto en el pasado". "La realidad práctica es que tendrá que haber algunas discusiones sobre territorio, y tendrá que haber algunas discusiones sobre garantías de seguridad, esto es algo básico", agregaba.

Las conversaciones de verdad, las enjundiosas, las que aborden Ucrania y su futuro, vendrán más adelante. Cuándo, está por ver. La agencia estadounidense Bloomberg apunta que Donald Trump y Vladímir Putin podrían reunirse la semana próxima. El jefe de la diplomacia de EE UU ha asegurado que en Riad no se ha fijado fecha para una cumbre de ese nivel. Pero su delegación sí ha subrayado que el presidente estadounidense está "comprometido" con el logro del cese de los combates, y quiere que el proceso sea rápido.

Los representantes estadounidenses restaron importancia a las preocupaciones de los aliados europeos de que en las negociaciones entre Washington y Moscú la UE y Ucrania solo reciban un papel secundario, en el mejor de los casos. Los aliados temen que Estados Unidos y Rusia cierren entre ellos un acuerdo para terminar la guerra que imponga condiciones muy perjudiciales para Kiev. Pero los términos de la delegación estadounidense no parece que vayan a acallar el nerviosismo del bloque.

"Evidentemente va a haber contactos y consultas con Ucrania, con nuestros socios en Europa y con otros. Pero al final el lado ruso va a ser indispensable en este esfuerzo", ha apuntado Rubio, que ha mencionado las sanciones europeas como uno de los motivos para contar con ese bloque. "La Unión Europea tendrá que estar en la mesa en algún momento, porque también mantiene sanciones impuestas", ha declarado. Según él, "el objetivo es poner fin a este conflicto de una manera que sea justa, duradera, sostenible y aceptable para todas las partes involucradas". "Todas las partes tendrán que hacer concesiones", ha matizado.

Waltz, por su parte, ha declarado: "Estamos absolutamente hablando con los dos lados. El secretario de Estado se reunió hace unos días con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, el presidente Trump habló con el presidente francés, Emmanuel Macron, el lunes, el primer ministro británico, Keir Starmer, vendrá la semana que viene. Estamos consultando con nuestros aliados casi cada día y seguirá siendo así".

Una multiplicación de mensajes rusos también incide en la exclusión de Europa en este proceso. El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Alexánder Glushkó, ha descartado desde Moscú la presencia de la UE en la próxima ronda de negociaciones con Estados Unidos y ha rechazado de manera tajante la propuesta de una misión de paz en Ucrania, uno de los elementos que han esbozado hasta ahora los líderes de los grandes países europeos, aunque con división respecto a si desplegarla o no. "La Federación de Rusia está en contra de las fuerzas de paz europeas en Ucrania; esto sería una escalada", ha manifestado el diplomático, que afirma no ver ninguna señal de acercamiento entre Rusia y Europa y ha exigido al bloque que no suministre armas a Kiev.

Euforia en Moscú

En Moscú no ocultan su euforia por las negociaciones. "Rusia toma nota de la reacción nerviosa de Occidente ante la histeria que están provocando los contactos ruso-estadounidenses", declaró la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, mientras las conversaciones de Riad seguían en curso.

El optimismo mostrado en público por las autoridades y la propaganda rusa contrastan con las supuestas intenciones de Trump sobre Ucrania. Moscú piensa que Kiev es una parte inalienable de lo que llama russki mir —el mundo ruso, un espacio más allá de sus fronteras que el Kremlin cree suyo, directa o indirectamente—, pero el presidente estadounidense desea que Ucrania le entregue el control de sus tierras raras, de sus hidrocarburos, de sus puertos y de otras infraestructuras para cobrarse el apoyo entregado estos años.

Según una filtración del plan de Trump comunicado a Kiev publicada por el diario británico The Telegraph, Trump ha exigido al Gobierno Zelenski medio billón de dólares (477.200 millones de euros). Es un trato peor que el deparado a los países invasores en una guerra de agresión: la cifra que maneja el presidente estadounidense, según esos datos, sería mayor en comparación a las reparaciones exigidas a Alemania tras la I Guerra Mundial.

La batalla del Ártico

El responsable económico de la delegación enviada por el Kremlin, el director del fondo soberano ruso, Kiril Dmitriev, ha mostrado la predisposición absoluta de su régimen para volver a hacer negocios con Washington y colaborar en su expansión en nuevas zonas estratégicas del planeta. "Rusia y Estados Unidos necesitan avanzar en proyectos conjuntos, incluido el Ártico", manifestó antes de que comenzasen las conversaciones.

El Ártico será una de las próximas grandes batallas geoestratégicas entre las grandes potencias. El deshielo provocado por el cambio climático está abriendo nuevas rutas al comercio por el círculo polar que son mucho más directas y económicas que las actuales, y Trump ha reiterado en las últimas semanas que sus planes pasan por anexionarse Groenlandia para tener un pie en la zona.

"Los proyectos conjuntos harán que las economías rusa y estadounidense sean más exitosas", ha declarado Dmitriev a las agencias de noticias rusas. Algunos medios cercanos al Kremlin (tanto públicos como otros afines) han difundido este martes, sin confirmación alguna, que varias empresas occidentales, como Coca-Cola o Zara, se plantean volver a abrir sus negocios en Rusia.



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