Hay varias opciones para ser residente legal en los Estados Unidos. Pero, existe una gran diferencia entre ser ciudadano y residente permanente. Ambos gozan de derechos y privilegios pero son distintos.
A continuación, explicamos las diferencias.
Un residente permanente tiene que vivir en el país durante al menos cinco años (o tres años si está casado con un ciudadano estadounidense), entre otros de acuerdo al caso.
Los ciudadanos tienen derecho al voto, participar activamente en las elecciones federales, estatales y locales. Mientras que, los residentes permanentes no pueden ejercerlo.
La protección legal: Los ciudadanos gozan de una protección total bajo la Constitución de Estados Unidos, no pueden ser deportados.
Un residente permanente disfruta de muchos derechos similares, pero si comete ciertos delitos graves o violan leyes migratorias, podrían deportarlos.
La ciudadanía estadounidense es vitalicia, no hay necesidad de renovaciones. Los residentes permanentes deben renovar su tarjeta cada diez años.
Ausentarse del país por más de seis meses pone en riesgo su residencia.
Patrocinio a familiares: Tienen la posibilidad de patrocinar a familiares para obtener la residencia permanente. Los ciudadanos estadounidenses pueden patrocinar a padres, hermanos e hijos adultos.
Un residente permanente solo puede patrocinar a sus cónyuges e hijos solteros menores de 21 años.
Acceso al trabajo:
Los ciudadanos tienen acceso a una gama más amplia de empleos, incluidos aquellos que requieren autorización federal. Los residentes permanentes optan por la mayoría de trabajos disponibles.
Beneficios gubernamentales:
Los ciudadano pueden acceder a todos los programas y beneficios disponibles, asistencia pública y servicios médicos. Un residente permanente tiene acceso limitado a alguno de ellos
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