Por: Jhonny Vargas |
Acción de amparo por los derechos humanos, acción de amparo por la libertad política, acción de amparo por la libertad de expresión, acción de amparo por la prensa libre, acción de amparo por nuestras libertades constitucionales, es el grito de miles y miles de bolivianos encabezados hoy por la acción de una mujer valiente, defensora inclaudicable de los derechos humanos, como una oda eterna a los activistas bolivianos y bolivianas a lo largo de nuestra historia, que siempre lucharon por la libertad y contra la opresión del abuso de poder y la tiranía de un solo partido político, cuyo ejemplo no es un modelo de estabilidad democrática en la región.
Hoy una mujer de mas de ochenta años, lucha por la recuperación de los derechos humanos en Bolivia, sin servicios básicos, usando pañales, contra viento y marea enfrenta sola y un grupo valiente de activistas, a un gobierno autoritario e indolente, ella ostenta su soberanía sobre lo que le resta, es decir su cuerpo, lo que permite que el cuerpo - recurso de la activista, se muestre públicamente sufriente. Con su cuerpo y con su vida la activista busca que el gobierno ceda y ese grupo de terroristas que han tomado casi 50 días la APDHB, liberen la instalación tomada por la fuerza y la violencia, característica criminal de los grupos de choque, que sustentan violentamente la toma del poder y de las instalaciones, de esta casa de los derechos humanos, que tiene mucha historia en la construcción del proceso de democratización en nuestro país.
Es una pandilla que ha secuestrado el gobierno y la APDHB, Bolivia es víctima por los postulados de un partido político, de una segregación racial, cultural e ideológica, en Bolivia la promoción de los derechos humanos y el camino hacia la paz esta cada vez mas lejana, en este país ni a su propio gobierno le interesa la defensa de los derechos humanos, mucho menos la democratización del país, aquí solo es evidente la relación de dominación y de violencia ejercida por el partido político en el poder, a través de la maquinaria gubernamental y de los movimientos sociales antidemocráticos, donde los dirigentes de este gigantesco corporativismo político, controlan hasta el pensamiento disidente y ejecutan sus decisiones orgánicamente incluso contra el desacuerdo abierto de todos los bolivianos. Su actuar no es mas que de un grupo de delincuentes políticos.
Sin respetar la constitución, pisoteando el libre desarrollo de la vida política del país, el MAS a través de comprar, cooptar y corromper a los sectores sociales y diferentes gremios del país, mediante la COB, desde hace mas de 17 años esta avasallando la institucionalidad del país. Ni que decir de la corrupción en las empresas públicas, donde están involucrados, ministros y diferentes ordenes de gobierno en todo el país.
La gestión de gobierno del ex mandatario Morales, se ha caracterizado por una serie de escándalos de corrupción y mala administración del Programa “Bolivia Cambia, Evo cumple”, no me cabe la menor duda que si se hace una auditoria financiera a la Unidad de Proyectos Especiales UPRE, bajo dependencia del Ministerio de la Presidencia, se destaparía el nido de pandora de la corrupción en Bolivia. El gobierno del MAS con estos actos de corrupción, mancillo la imagen de la institución gubernamental, pero la pandilla quiere seguir manteniendo sus privilegios, aquí nadie se salva ni evistas, ni arcistas, ellos solo quieren seguir manteniendo sus privilegios, aun si para ellos es necesario dar muerte a su propio instrumento político. A la manera de un harakiri político.
La fragilidad del gobierno, es la comidilla de las conversaciones de todo el país, unos días, vemos a los dos dirigentes máximos del MAS, tomarse una foto amistosa y a los pocos días, vemos un tuit, del exmandatario acusando al actual presidente de una serie de escándalos de corrupción y mala conducción del gobierno, uno como ciudadano libre, no sabe si reírse o llorar de pena ajena por la tragedia que vive el movimiento al socialismo. La experiencia enseña que el momento mas peligroso para un mal gobierno, es generalmente aquel en el que este empieza a renovarse y a reformarse en sus estatutos, después de una larga opresión por parte del jefazo indiscutible líder nacional de los pobres y los oprimidos, como señala la retórica demagógica de estos regímenes autoritarios, donde se ignora los elementos dinámicos de una sociedad cambiante.
La vigilia de Amparo Carvajal, funcionara como una especie de catalizador del despertar del activismo político, este acontecimiento susceptible de aumentar, agravar, hasta crear una situación de tensión política, por un lado, provee el pretexto y el tema de la defensa de los derechos humanos, para las futuras acciones de activismo político en el país y por el otro aclara para la opinión pública, la manera en que los gobernantes conciben la democracia y las libertades constitucionales. Todo esto ha sido provocado, sobre todo por la división interna que atraviesa el MAS, agudizada por los permanentes escándalos de corrupción, entonces nos encontramos ante una fragilización del aparato gubernamental y a la vez ante una medida política de autoeliminación de sus capacidades de empoderamiento. No comprenden la filosofía democrática.
Finalmente, el pretexto o el factor precipitante de la vigilia de Amparo Carvajal, es indudablemente una convocatoria a un cambio de actitud en el activismo político en el país, ojalá esta medida no acabe en una desgracia, sino en el triunfo de la razón y los derechos humanos en Bolivia.
| Jhonny Vargas es politólogo y docente de postgrado.