El Etihad decidirá un duelo grandioso y al finalista de la Champions
Dos bellos goles a la altura del partido más llamativo del planeta fútbol, marcados por Vinícius Júnior en el primer acto (36’PT) y Kevin de Bruyne en el segundo (22’ST), abandonaron para el Etihad la resolución de una semifinal en la que el Real Madrid reaccionó con poderío a sus momentos de sufrimiento y el Manchester City alejó fantasmas que reaparecieron tras un ejercicio de brillantez.
Sólo desde el dominio de la competición, el carácter competitivo, la resilencia y la capacidad de sufrimiento única del Real Madrid en la Champions se puede explicar su triunfo al descanso tras ser sometido y sobrevivir a 25 minutos de exhibición futbolística del City en el Santiago Bernabeu. Lo terminó teniendo en la mano, con el tanto de Vini, pero terminó pagando caro el error puntual en un pequeño detalle que pasa factura en los días grandes.
La lucha de los jugadores de Pep Guardiola era doble, ante el rival y contra el aspecto psicológico de regresar al escenario donde perdieron la última semifinal tras dominar los 180 minutos de la eliminatoria. Para proclamarse rey debe destruir al rival que mejor compite y a su capacidad de levantarse de cualquier situación.
La pizarra de Guardiola abrumó de inicio. Una posesión de hasta un 70 por ciento de visitante ante un Real Madrid empujado un metro hacia atrás.
El City se multiplicó en el campo, relegó al Real Madrid al balón en largo a la inspiración de Vinícius y Rodrygo. Se sintió superior desde la posesión abrumadora, pero le faltó ejecutarlo en la definición. Courtois, con el traje de salvador respondió a todo. Al disparo de De Bruyne, el latigazo lejano de Rodri, el remate raso de Haaland y a su primer testazo. Cuatro remates del City en 16 minutos.
De la potencia y la zancada de Camavinga, un león enjaulado en el lateral, nació el ataque veloz que Vinícius lo convirtió en letal. Sobrado de confianza, sintiendo el liderazgo y respondiendo como los más grandes, inventó un gol poco visto en su historial. Recularon los centrales rivales ante su carrera y desde fuera del área armada un derechazo imparable para una explosión de alivio del Bernabéu.
El Real Madrid había sobrevivido a una buena dosis de sufrimiento para voltear el rumbo del partido. En su mano estaba ir por el rival para buscar una ventaja mayor o defender con intensidad el triunfo en un segundo acto en el que recuperó su verdadera identidad.
Pero los papeles interpretados en el primer acto se cambiaron. Cuando mejor estaba el Real Madrid, que encontró la forma de hacer daño a la presión a la primera línea del rival, de una anticipación de Rodri a Rodrygo, un necesario pase al centro en inicio de jugada de Camavinga, nació el empate.
De Bruyne emulando a Vinícius, enganchó un disparo seco imposible hasta para Courtois. El segundo golazo del partido para aumentar la belleza del pulso más bonito de Europa.
Cualquier golpe final habría condicionado la vuelta. Benzema tuvo la oportunidad de anotar el segundo, de cabeza abajo para toparse de nuevo con Ederson que se lució al disparo potente de Tchouaméni.
Ya no hubo más noticias de Haaland, que rebajó su poderío en un día clave. Los recuerdos del pasado se impusieron al hambre del presente.
DATO
Contra la historia
El Real Madrid nunca fue capaz de superar una semifinal tras empatar a un tanto en el partido de ida, ya le pasó en 4 ocasiones.
Milan-Inter se ven hoy en la otra semi
Sólo hay una ciudad en toda Europa que puede presumir de tener dos equipos vencedores de la Copa de Europa, un Milan y un Inter, que suman 10 Ligas de Campeones y que dirimirán hoy (15:00 HB) el primer capítulo de un apasionante enfrentamiento por ver no sólo quien accede a la final de la máxima competición de clubes europea, sino por ver quién se agencia el honor de mandar en la ciudad.
Un choque único que acogerá por partida doble un escenario histórico como el Giuseppe Meazza (San Siro), envuelto en un aroma nostálgico que recuerda a aquella época dorada del fútbol italiano.
Sólo se enfrentaron cuatro veces en Liga de Campeones y el Inter no ha conseguido ganar nunca.