“Modelo” agotado
A medida que transcurren los meses, crece la certidumbre sobre el agotamiento del “modelo” económico, nombrado por el oficialismo como Modelo Económico Social Comunitario Productivo, aunque el Gobierno hasta ahora no ha emprendido ninguna reforma seria que revierta sus nocivos efectos, lo cual puede ser contraproducente en el breve plazo.
Por el contrario, en la actualidad el modelo productivo cruceño es la piedra basal de la economía si se considera que aporta, según las cifras de los especialistas del sector, más del 30 por ciento del Producto Interno Bruto, el 76 por ciento de los alimentos que se consumen en el mercado nacional, el 32 por ciento de las exportaciones totales, el 75 por ciento de las exportaciones no tradicionales -en especial, las del complejo soyero- y el 87 por ciento de las agroexportaciones.
En el otro extremo, las exportaciones del “modelo” oficial representaban hasta el 16 por ciento de las ventas externas totales del país, pero cayeron hasta el 6 por ciento; los ingresos por hidrocarburos bajaron de casi 5 mil millones de dólares en 2014 a 2.200 millones de dólares en 2021, desde el descenso de las cotizaciones internacionales del petróleo. Si bien los precios fueron al alza con la invasión rusa a Ucrania, a la par que subían los ingresos se registró un fuerte ascenso de las importaciones de gasolina y diésel, a tal grado que la balanza energética de hoy es negativa, es decir, que se eroga más por las importaciones de combustibles que lo que se obtiene por exportar gas natural: un promedio de 3.300 millones de dólares ante 2.200 millones de dólares en exportaciones del energético a Brasil y Argentina.
No hay ingresos suficientes por las exportaciones de gas, pero como todo puede empeorar ha transcendido que Argentina busca acortar el contrato de compraventa, originalmente pactado hasta 2026, sólo hasta 2024, debido a la inseguridad en la provisión y también porque ha comenzado a extraer hidrocarburos del yacimiento de shale gas de Vaca Muerta.
Se han sustituido esos ingresos decrecientes por deuda externa e interna; economistas consultados por este diario han expresado que la capacidad de endeudamiento está al límite, entre el 81 y 84 por ciento del PIB, a lo cual se debe agregar la baja calidad crediticia del país, si se considera el fracaso de la última colocación de bonos soberanos en los mercados de capitales.
Con una baja posibilidad de conseguir más recursos externos, sobre todo por su condición de país endeudado; con cada vez menos ingresos por sus exportaciones de gas y cargas crecientes por las importaciones de combustibles, que además son subsidiados; con una disminución constante de las Reservas Internacionales Netas, que en 2022 fue de 885 millones de dólares, debido precisamente a las compras externas de carburantes; con empresas estatales que no funcionan, porque son elefantes blancos, resulta inexplicable que no se hayan emprendido reformas al “modelo” del Gobierno. La vía es el ajuste fiscal, sobre todo para reducir la pantagruélica burocracia masista, compuesta por 500 mil peguistas de dudosa eficiencia, pero no se han conocido medidas en esa dirección.
También resulta incoherente que hoy el Gobierno busque tomar el control político de Santa Cruz. El modelo cruceño funciona, pero en manos del oficialismo la gallina de los huevos de oro indefectiblemente moriría.