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“Hemos perdido menos escaños en la Cámara de Representantes que en ninguna otra primera 'midterm' bajo presidente demócrata en los últimos 40 años", subraya el líder.
Vía: La Vanguardia |
Que un presidente diga que la jornada electoral que acaba de celebrarse en su país ha sido "un buen día para la democracia" no suele ser noticia, en absoluto. Esta vez sí. Porque un resultado mucho más favorable para Donald y los suyos del que las elecciones a medio mandato del martes han deparado a los estadunidenses habría significado un desastre para su democracia y su futuro.
A falta de conocerse los datos más sustanciales de las midterm y sin que esté del todo claro qué partido controlará cada una de las dos Cámaras del Congreso, la evidencia de un avance republicano muy inferior al esperado animó este miércoles a Joe Biden a reafirmarse moderadamente en el optimismo que había proclamado antes de la apertura de los colegios electorales.
El mandatario destacó dos hechos que los demócratas ya pueden dar por seguros: “Hemos perdido menos escaños en la Cámara de Representantes que en las primeras midterm de ningún otro presidente demócrata en los últimos 40 años”, proclamó. Y añadió: "Tenemos los mejores resultados para los candidatos demócratas a gobernador estatal desde el año 1986".
Biden resaltó por supuesto el incumplimiento de los augurios de una "marea" de votos republicanos; una "marea roja", como aquí se dice en alusión al color del Partido Republicano.
Pero el presidente reconoció al mismo tiempo la "frustración" de los electores con la inflación, el aumento del crimen y otros problemas. Un malestar traducido en una probable derrota que, por leve que sea, puede arrebatar a los demócratas el control de la Cámara de Representantes e incluso el del Senado, aunque esto último parece más difícil para los republicanos. "Lo he cogido", dijo.
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