La sociedad de los antivalores
¿Qué son los valores? ¿Cuáles son tus cinco valores más importantes?
¿Por qué hablar de valores? Simplemente por el hecho de recordar, como seres humanos, que es necesario repensar respecto a ello, ya que si no lo tenemos claro será imposible tener una guía para saber cómo conducirnos en el día a día y vivir armónicamente en comunidad. ¿Qué pasa en la actualidad? ¿Estamos viviendo como seres humanos con valores? ¿Estamos enseñando como padres a vivir con valores a nuestros hijos? ¿Somos el mejor ejemplo de que vivir en valores nos traerá una vida saludable y exitosa?
De pronto, hace un par de semanas se me ocurrió hacer una revisión de las redes sociales, en especial de Instagram y Tik Tok; también me di un paseo por algunas calles en horas de la noche y observo, sin intentar emitir un juicio, todo lo que veía a mi alrededor y me encuentro con una realidad que me hace preguntar seriamente por los valores en una sociedad, en la que, imitando a los animales y su forma de apareamiento, bailamos el perreo a manera de demostrar que somos sensuales, con cuerpos perfectos, aunque sean ficticios, pero que me hacen pensar que soy más atractiva; una sociedad de jóvenes tomando de las botellas sin tener límites, una sociedad en la que se exponen cuerpos, historias, dramas y hasta se “buscan” los famosos sugar daddy o sugar mommy, en las redes sociales… Desde mi punto de vista, una sociedad con una crisis moral patente, en la que no se hace ese discernimiento cuidadoso de lo que está bien y de lo que está mal en la conducta. Como si no fuera algo que nos correspondiera hacer de modo urgente.
Si algo le cuadra bien a la sociedad de hoy en día es decir que padece de una crisis de valores, no sólo éticos, sino, lo que es peor, valores morales, esos valores que se aprenden en casa, esos valores que como padres estamos obligados a mostrar en nuestro accionar todos los días a las nuevas generaciones.
El gran vacío de los valores es el vacío del alma, del espíritu, debido a la desintegración y los conflictos familiares, la gran cantidad de divorcios, la deserción escolar, la desobediencia, la drogadicción y la falta de comunicación familiar, entre otros, que están dejando como consecuencia actual y palpable el surgimiento de bandas, de la prostitución, de embarazos prematuros, de ansiedad, depresión, robos, abortos en jóvenes a temprana edad, relaciones sexuales promiscuas, exposición sin límites de cuerpos, baja autoestima, etc…
Nunca los valores fueron tan mudables, tan dependientes de intereses extraños a las cosas mismas, sujetos a modas y caprichos imprevisibles.
Estamos ante una evidente crisis y vacío de valores y preocupa sobremanera la superficialidad, el vacío y la desinteriorización del ser humano que le lleva a vivir de cara al exterior, aturdido entre prisas y ruidos sin saber realmente a dónde va y quién es. Por elloe me pareció urgente tocar este tema, para intentar reflexionar en casa, para abrir caminos más seguros y coherentes en el hogar, en el colegio, en la sociedad, para buscar y encontrar valores que le den sentido a nuestras vidas, máxime cuando los jóvenes necesitan valores que den sentido a su existencia y que vayan guiando sus pasos por los caminos de la plena realización.
La carencia de valores está en todas partes, está en todos los estratos sociales, entre el más rico hasta el más pobre y entre estos se puede nombrar la pérdida de respeto a la autoridad, la impuntualidad, la descortesía, la agresividad, la discriminación, la violencia, etc.
Desgraciadamente lo que vemos hoy en día es una presencia poderosa de antivalores, al ponerse en primer plano el consumismo, el poder y el placer, la ambición, la codicia, la soberbia, la prepotencia, la opulencia, la vida superficial, la vanidad, el egoísmo, etc. Y luego vienen las violaciones profundas a la ética, los atentados a la dignidad de la vida y la desespiritualización de la persona.
¡Basta! Pongamos un alto, ahí en nuestro hogar, donde nacen los principios básicos de nuestras vidas, ahí donde hemos descuidado el vínculo afectivo, ahí donde nos hemos dejado llevar por lo que el mundo te exige, ahí donde le hemos dado prioridad a este mundo consumista y nos hemos dejado llevar por ese ladrón silencioso que es el internet. Estamos a tiempo: hagámoslo HOY o de lo contrario estaremos creando demonios más inteligentes, carentes de valores, como dijo C. S. Lewis.