Arremeten contra Rusia por ataque a central nuclear, Moscú lo niega
Estados Unidos y sus aliados arremetieron ayer en la ONU contra Rusia por su ataque a la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, un incidente que Moscú describió como parte de una campaña de propaganda en su contra y del que responsabilizó a saboteadores ucranianos.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas celebró una nueva reunión de emergencia sobre la guerra en Ucrania, centrada en este caso en las hostilidades en Zaporiyia, la mayor planta de este tipo en Europa y que ahora está bajo control ruso.
Alarma global
Los choques armados en la central atómica dispararon todas las alarmas en la comunidad internacional, aunque finalmente parece que el ataque no ha provocado daños graves a pesar de que un edificio situado a pocos cientos de metros de los seis reactores se incendió.
Así se lo confirmó al Consejo de Seguridad el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, quien explicó que los sistemas de seguridad de la central no se han visto comprometidos cerca de los reactores y que los niveles de radiación son normales.
“Consideramos que desde un punto de vista técnico las operaciones continúan de forma normal, aunque como he subrayado (...) por supuesto no hay ninguna normalidad en esta situación, cuando hay fuerzas militares a cargo de la instalación”, dijo Grossi en una conexión por videoconferencia desde un avión rumbo a Irán.
El experto argentino ya había analizado unas horas antes la situación desde Viena, donde tiene su sede la OIEA, que atribuye la peligrosa situación a un proyectil lanzado por fuerzas rusas.
Riesgo de desastre
“Por la gracia de Dios el mundo evitó por poco una catástrofe nuclear”, declaró la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, quien acusó al Ejército ruso de lanzar un ataque “increíblemente imprudente y peligroso”.
Thomas-Greenfield acusó a Moscú de poner en riesgo a “los civiles en Rusia, Ucrania y Europa” y exigió pasos para garantizar la seguridad en esa y otras instalaciones nucleares que hay en Ucrania, incluida Chernóbil, que también ha sido tomada por fuerzas rusas.
Sin precedentes
El Reino Unido denunció que ésta es la primera vez en la historia en la que una central nuclear en funcionamiento es atacada por un Ejército y subrayó que la situación no puede volver a darse.
“Incluso en medio de una invasión ilegal de Ucrania, Rusia tiene que mantener los combates alejados y proteger la seguridad de las instalaciones nucleares”, señaló la embajadora británica, Barbara Woodward.
Francia avisó de las posibles consecuencias catastróficas de un ataque de este tipo y exigió a Rusia que cese inmediatamente las “actividades ilegales y peligrosas” y permita que las autoridades ucranianas recuperen el control de todas las plantas atómicas.
Rusia niega todo
Tras esas y muchas otras palabras de distintos países que denunciaron lo sucedido, tomó la palabra el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, quien negó que sus tropas atacaran la central y atribuyó los combates a una operación de saboteadores ucranianos para tratar de culpar a Moscú.
“Esto es todo parte de una campaña de mentiras y desinformación sin precedentes contra Rusia”, señaló Nebenzia, que dijo que su país controla Zaporiyia y sus alrededores desde el pasado 28 de febrero y que sus fuerzas fueron atacadas la noche del viernes por ucranianos.
Según el embajador, tras disparar contra soldados rusos y ser repelidos, fueron esos “saboteadores” quienes prendieron fuego antes de huir al edificio que se vio en llamas.
Nebenzia aseguró que el Ejército ruso está haciendo todo lo que está en su mano “para garantizar la seguridad de las instalaciones nucleares ucranianas” y denunció una “enorme campaña de propaganda antirrusa basada en acusaciones de que Rusia supuestamente está tratando de crear una fuente de contaminación radiactiva”.
Otra vez la pesadilla
Por unas horas, Ucrania pareció revivir la pesadilla ocurrida el 26 de abril de 1986 en el cuarto reactor de la central de Chernóbil.
“Querían asustar a todo el mundo. Lo que no entienden es que pudieron causar una tragedia mundial”, comentó hoy a Efe Alexandr Logachov, que participó como voluntario en la liquidación de las secuelas de la mayor catástrofe nuclear de la historia.
El ataque ruso contra las instalaciones de la central situada en la región de Zaporiyia (sureste) provocó un incendio, amenazando sus seis reactores, cargados con uranio.
“Si explota, será 10 veces más grande que Chernóbil”, alertó Dmitro Kuleba, el ministro de Exteriores.
Según las autoridades, las unidades especiales enviadas por el líder chechén, Ramzán Kadírov, mataron a varios miembros del personal de Energodar.
Finalmente, los bomberos lograron sofocar el incendio.
Moscú acusó a Kiev de intentar dotarse de una bomba atómica
Al anunciar la invasión de Ucrania, Rusia expuso como motivos, en particular, los supuestos planes de Kiev de restablecer su potencial nuclear, al que renunció tras la caída de la URSS a cambio de garantías de seguridad.
Zelenski sí se mostró en su momento dispuesto a renunciar al Memorándum de Budapest de 1994 hasta que la OTAN aceptara a Ucrania en su seno.
En una denuncia que recordó a la de EEUU contra Irak antes invadir ese país en 2003, el jefe del Servicio de Espionaje Exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, aseguró esta semana que Ucrania trabaja en la fabricación de armas nucleares.
“Según datos del Ministerio de Defensa de Rusia, Ucrania conservó el potencial técnico para crear armas nucleares y tiene más capacidades para ello que Irán o Corea del Norte”, dijo y añadió que EEUU apoya esos planes.
El director general de la agencia nuclear de la ONU, el argentino Rafael Grossi Grossi negó categóricamente que Ucrania haya desviado material para la fabricación de armas nucleares.
Rusia se está haciendo con el control por la fuerza del potencial nuclear de Ucrania, a la que acusa de intentar crear una bomba atómica.
“Rusia es un Estado terrorista. Por primera vez en la historia ha recurrido al terrorismo nuclear”, denunció Volodímir Zelenski, el presidente de Ucrania, quien acusó al Kremlin de amenazar al continente con “un segundo Chernóbil o incluso algo peor”.