La caída de Kiev en poder de los rusos es inminente
En la capital de Ucrania, cerca de la 1:00 (hora de Kiev, 21:00 en Bolivia) se escucharon explosiones que, según las autoridades locales, se deben a que Rusia trata de atacar una central térmica, mientras que en Vasilkov, a unos 37 kilómetros de la ciudad, se libra una dura batalla, de acuerdo con las FFAA.
“Explosiones en Kiev. ¿Qué se sabe?”, escribió la Administración Estatal de la Ciudad de Kiev en su cuenta de Telegram.
Explicó que el “enemigo trata de atacar la central CHP-6 cerca de Troieshchyna”, en el norte de la capital.
“Las FFAA dan batalla”, aseguró.
Las alarmas antiaéreas sonaron en la ciudad para pedir a los ciudadanos que se metan en los refugios.
La central combinada de calor y electricidad CHP-6 es la central combinada de calor y energía más potente de Ucrania.
A 37 kilómetros al suroeste, la resistencia continuaba en Vasilkov, donde los rusos están tratando de desembarcar a paracaidistas, indicó la misma fuente.
“Se están llevando a cabo intensos combates en la ciudad de Vasilkov, en la región de Kiev”, señaló a su vez el mando de las FFAA en su cuenta oficial de Facebook.
Poco antes, el presidente Zelenski, en una nueva alocución a la nación publicada por su oficina en Telegram, señaló: “Puedo decir con absoluta honestidad: esta noche será más difícil que el día. Muchas ciudades de nuestro Estado están bajo ataque: Chernígov, Sumy, Járkov, el Dombás, en el sur. Particular atención a Kiev: no pueden perder la capital”, dijo a las FFAA
“Esta noche, en todos los frentes, el enemigo utilizará todas las fuerzas disponibles para romper nuestra resistencia: vil, cruel e inhumana. Esta noche asaltarán “, afirmó.
Civiles inexpertos
“Distribuyeron fusiles, los cargaron para nosotros y aquí estamos”, decía ayer en la tarde Yuri Kortshemni, que nunca había tenido un arma entre sus manos antes de unirse a un batallón de civiles listos para defender Kiev metro a metro frente al enemigo ruso.
En plena invasión de su país, cuando las primeras fuerzas rusas precisaron de menos de 48 horas para infiltrarse en la capital, el historiador de 35 años no dudó.
Decenas de hombres de su barrio acudieron como él para tomar un fusil Kalashnikov en un punto de distribución, un camión militar repleto de cajas de armamento, explica.
En Facebook y en medios, el Ministerio de Defensa multiplica los llamados al alistamiento de urgencia en las brigadas de “defensa territorial”, una institución creada en 2015 para reforzar al ejército regular.
Actualmente basta con tener entre 18 y 60 años y un pasaporte para enrolarse. No hace falta ningún entrenamiento.
“Nos dieron armas en una oficina de alistamiento militar. Ahora, la situación es tal que no podemos esperar una convocatoria”, explicaba otro voluntario, Volodimir Moguila.
El electricista, ya con una cierta edad y el fusil tambaleándose en su abrigo, hace rodar un viejo neumático por el borde de una carretera para reforzar una barricada improvisada junto a un tanque ucraniano.
“Brazalete amarillo”
Con jeans, ropa deportiva, zapatillas o uniformes desparejados, los civiles voluntarios de “defensa territorial” son ahora omnipresentes en la capital, incluso más visibles que los militares regulares.
Para reconocerse lucen un pequeño brazalete amarillo, a veces simplemente cinta adhesiva, alrededor del brazo izquierdo.
En una ciudad casi fantasmal, su ir y venir constante salta a la vista. El cerco del enemigo se estrecha peligrosamente sobre la capital y todos se preparan para combates sangrientos. Pero por ahora, los rusos, aunque muy presentes en los alrededores, solo se dejaron ver en unos primeros combates furtivos en el barrio de Obolon, el viernes, en el norte de Kiev.
Los civiles voluntarios de este distrito se encontraron, muy a su pesar, en primera línea. Su cuartel general está situado a pocos metros del lugar donde un comando de tres blindados supuestamente rusos sembró el temor, abriendo fuego sobre un civil y aplastando un coche.
La víctima ensangrentada yace todavía en el suelo, examinada por forenses, a la entrada de su cuartel general.
Pocas ilusiones
Pero los nuevos reclutas ya no le prestan atención, ocupados en recibir entre cierto nerviosismo una rudimentaria formación militar acelerada en el estacionamiento adyacente.
"Tenemos un enemigo muy poderoso frente a nosotros", justifica su comandante, con el nombre de guerra "Bob", un ingeniero informático de 51 años y mirada azul penetrante, con un fusil de asalto entre manos.
Ese armamento "no es suficiente para detener helicópteros, tampoco para hacer frente a los tanques", protesta, pidiendo a la comunidad internacional que abastezca de armas a su país.
"Tenemos que parar a Moscú, tenemos que parar al enemigo", insiste.
El voluntario Roman Bondertsev, que se unió para "no quedarse sin hacer nada en casa" mientras Rusia invadía su país, asegura que está listo para defender su ciudad metro a metro, sea cual sea el escenario. Pero tampoco se hace demasiadas ilusiones.
"Nunca había tomado un arma en mis manos hasta hoy. ¿Qué queréis? Intentaremos hacer lo mejor que podamos", responde encogiendo los hombros.
"Y si me matan, habrá otros dos listos a tomar mi puesto", promete.
La fuerza militar de Rusia choca con el valor de Ucrania
Los expertos lo tenían claro hace tiempo: si Putin decidiera lanzar una invasión a gran escala contra Ucrania, el ejército ruso aplastaría al ucraniano en cuestión de días.
Sólo con las armas de tierra Rusia puede doblegar al enemigo en cuestión de días. Para ello dispone de piezas de artillería y armamento clave, como el tanque T-90, ya utilizado por Rusia en conflictos como los de Siria y en la propia Ucrania en 2014. Las fuerzas de Ucrania tendrán misiles Javelin para frenar el avance de los T-90, de los que existen al menos un millar dentro de los arsenales rusos.
Otra arma clave de Rusia es el obús autopropulsado Koalitsiya-SV. Este sistema de artillería autopropulsada puede disparar 16 rondas por minuto con un cargador automático, y admite proyectiles fragmentarios de alto poder explosivo, proyectiles guiados de alta precisión y bombas de racimo.
Ucrania cuenta con un arsenal más antiguo que el ruso y su poder militar es muy inferior al de su vecino. Los sistemas de guerra ucranianos no están actualizados y podrían ser destruidos fácilmente con los aviones de combate rusos Su-34 y los helicópteros Ka-52 y Mi-28.
Los cazas ucranianos son básicamente MiG-29 y Su-27 sin modernizar y desprovistos de armas actuales. Las crisis económicas que sufre el país y los efectos de la guerra en el este desde 2014, que ya ha dejado 13 mil muertos y 30 mil heridos, han impedido al Estado ucraniano invertir grandes sumas de dinero en la defensa, generando problemas en la producción de proyectiles y cohetes, lo que significa que las armas y los lanzadores podrían simplemente quedarse sin municiones en una campaña intensiva.
A pesar de ello, el Pentágono señaló ayer “claros indicios” de que las FFAA de Ucrania están logrando defenderse y que Rusia no está avanzando como esperaba en su invasión del país y ha sufrido “retrocesos” en sus planes.