Los datos no mienten, pero…

RAÍCES Y ANTENAS Gonzalo Chávez A. 16/11/2021
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Finalmente, después de casi un año sin tener los resultados trimestrales del producto interno bruto (PIB), el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) publicó estos datos hace un mes. Ellos permiten realizar el cálculo del que dependía la decisión, de pagar o no, el segundo aguinaldo. El retraso del cálculo del PIB trimestral generó incertidumbre y creó un ambiente de misterio. ¿Se adelantará Papá Noel azul? La pregunta corroía los corazones, la contabilidad y bolsillos de ciudadanos y empresas.

Finalmente, se abrió el telón. Entre julio de 2020 y junio de 2021, el crecimiento del PIB tan solo llegó al 1,43%. Por supuesto, con este resultado, ni haciendo una vaquita con San Antonio, se paga el segundo aguinaldo que requiere un crecimiento igual o superior al 4,5%.

A pesar de que hemos estado anunciando esta mala noticia desde esta trinchera semanal y las redes sociales, hace un mes había, en alguna gente, algún resquicio de esperanza alimentado por el triunfalismo económico del Gobierno y el misterio a la Alfred Hitchcock promovido por el Ministerio de Economía y Finanzas.

En el primer caso, la propaganda del oficialismo anunciaba un crecimiento de 9,4% hasta junio de 2021. Había vuelto la magia de los Chuquiago Boys. En el segundo caso, se decía que el INE había contratado una auditoría para revisar los datos del PIB, los “golpistas” habrían manipulado estas estadísticas para atenuar el desastre económico.

La espera fue de casi un año. Los opinadores y posibles beneficiados estaban como novias de pueblo: vestidos y alborotados. Pero al final, el 8 de octubre el INE publicó el dato, sin embargo, la espera continuó y solo un mes después el Ministerio de Economía y Finanzas anuncio que no se pagará el segundo aguinaldo. Sin duda, la noticia cayó como un balde de agua fría para muchos que ya se habían hecho la ilusión de este dinerito extra.

Sospecho que la postergación del anuncio del beneficio, por más de un mes, buscaba no opacar el discurso-informe del presidente Arce, que en lo poco que se pudo escuchar y entender, presentó resultados macroeconómicos muy optimistas en torno de un crecimiento económico de 9,4%, cuando la realidad de los hechos muestra una economía todavía en recuperación lenta y desigual.

El no pago del segundo aguinaldo es, ciertamente, un alivio para el sector privado y un respiro para las maltratadas finanzas públicas del país.

Primera nota histórica: En los años: 2013 (crecimiento del PIB 6,24%) 2014 (5,98%) y 2015 (5,32%), se pagó segundo aguinaldo. En 2016 (4,46%, por un pelo) y 2017 (3,94%) no se pagó ese beneficio. En 2018 (4,83%) volvió el segundo aguinaldo. Y en los años: 2019 (3,24%) y 2020 (-5,45%) no hubo esta transferencia.

La publicación de los datos del PIB trimestral, además de la mala noticia, para algunos, de la suspensión de una marmaja extra, nos permite escudriñar la recuperación económica.

Hay dos maneras de ver los resultados del producto.

1) Analizar el crecimiento del PIB a 12 meses. Para esto uno se para en el 30 de junio de 2021 del calendario, mira hacia atrás hasta julio de 2020. Quiere decir evalúa que pasó en los anteriores cuatro trimestres, comparándolos con el mismo periodo de 2019-2020. De esta observación resulta que el crecimiento económico fue 1,43%. Además, viendo la trayectoria del PIB de esta manera, se constata que en los últimos tres trimestres del gobierno de Morales ya íbamos, como dice el tango, cuesta abajo en la rodada. En el primer trimestre de 2019, el PIB estaba tan solo en 3,40%, en el segundo, bajó a 2,80% y en los últimos tres meses de ese año era de 2,2%. Eran los primeros síntomas claros de una crisis que se gestaba desde el 2014. Y, por supuesto, en ese tiempo, Áñez no pasaba de ser una desconocida senadora.

La recesión económica comienza el segundo trimestre de 2020 (-5,45%) y termina en el primer trimestre de 2021 (-9,10%). El bajón duró un año.

2) Otra alternativa para medir el PIB es ver solo el año que transcurre de enero a diciembre. En el caso que nos ocupa, nos paramos en el 30 de junio del 2021 del calendario y mirarnos hacia atrás pero solo hasta el 1 de enero de 2021. A esto se llama crecimiento económico acumulado del año. Este es el publicitado crecimiento de 9,4% al segundo trimestre de 2021 que el Gobierno usa para anunciar el retorno al paraíso.

Segundo apunte histórico: El dato del PIB acumulado nos ayuda a constatar que la economía boliviana viene desacelerada. (creciendo cada vez menos) desde el año 2014. Con el valor del PIB acumulado, podemos situar el inicio de la crisis, en ese año. En efecto, en 2013 el crecimiento del PIB fue de 6,8%. En 2014 llegó a 5,46%. En 2015 alcanzó al 4,8%. Y entre 2016 y 2018 el incremento del PIB estuvo en torno del 4% al año. En 2019, antes de la salida de Morales, el crecimiento del PIB era de 2,2%. La crisis viene de larga data y se profundizó con la pandemia, la cuarentena y el pésimo gobierno de Añez. Esto desmiente la narrativa que, antes del supuesto golpe, la economía está muy bien.

Como verán, los datos no mienten, pero hay muchos políticos que hacen lectura de las estadísticas de acuerdo con sus intereses.

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