Después de mucho tiempo, la joven alcaldesa de El Alto, Eva Copa, ha dicho algo coherente. Se debe luchar contra los antivacunas. Y esa es una verdad tan grande que está acompañada de cifras contundentes.
Comencemos recordando para qué es la vacuna. Aunque esto es algo que se sabía desde que se descubrió una forma de inmunizar contra las enfermedades, a fines del siglo XVIII, es preciso repetirlo: no son un remedio para la enfermedad, sino una forma de prevenirla.
Desde que comenzaron a utilizarse, las vacunas han ido mejorando con el tiempo y se han consolidado como la mejor manera de evitar una enfermedad y, si finalmente una persona se contagia, ayudan a que sus efectos no sean tan graves.
Pese a eso, la cobertura en Bolivia es baja y, según han confirmado las autoridades de salud, esto se debe a las campañas desarrolladas por los denominados “antivacunas”.
Si la cobertura es baja, entonces la posibilidad de pasar a la siguiente fase, que es la de “inmunidad de rebaño”, también es baja. Si eso no ocurre, seguiremos viviendo con medidas restrictivas. Los antivacunas parecen no entenderlo.
Veamos lo que está pasando en algunos países de Europa en los que sí se ha avanzado con la vacunación:
El 10 de septiembre, Dinamarca levantó todas las restricciones con respecto al coronavirus que había vigentes en ese país. El Gobierno danés consideró que el covid-19 “ya no era una amenaza crítica para la sociedad” gracias al efecto benéfico de las vacunas.
En junio, el Gobierno de Singapur anunció que intentaría controlar los brotes con vacunas y rastreo de contactos en lugar de restringir la vida de los ciudadanos.
Tailandia planea reabrir Bangkok y otros destinos populares para los visitantes extranjeros. Según la CNN, la nación del sudeste asiático está tratando de reactivar su industria turística a pesar del aumento de las cifras de infecciones con agresivas campañas de vacunación.
En un ejemplo más próximo para nosotros, Chile estaba llegando al 90 por ciento de vacunados al finalizar septiembre y, por tanto, se anunció que habrá medidas para reabrir el país al turismo internacional a partir de este mes. “Es importante señalar que este es el primer paso y podremos seguir avanzando siempre que mantengamos las condiciones de salud adecuadas”, dijo el subsecretario para el turismo, José Luis Uriarte.
¿Y qué está pasando en Bolivia? La cuarta ola de contagios de la pandemia de covid-19 es inminente. Eso significa que en los próximos días o semanas el país podría volver a sufrir la experiencia de los contagios masivos del virus. Hay un dato temible: en las últimas semanas hubo un incremento de casos positivos en 32 por ciento.
Según advierten las autoridades de salud, tanto en Chuquisaca como en Potosí, la actividad nocturna en locales de reuniones y fiestas ha vuelvo a aflorar como en las más sonadas celebraciones de un 25 de Mayo o un 10 de Noviembre.
Hay también otra evidencia: el 90 por ciento de los contagios del último tiempo ocurre en personas que no han recibido ninguna de las dosis de la vacuna. En Bolivia y en los países de la región, los centros de salud están llenos de pacientes que, a la hora de las preguntas para completar sus fichas personales, revelan que no se han vacunado.
De acuerdo con datos del Ministerio de Salud, solo el 62,5% de la población recibió la primera dosis del inmunizante, mientras que menos del 50% de la población vacunable completó el esquema con la segunda. Ahora existe la posibilidad, incluso, de reforzar la lucha contra el virus con una tercera dosis.
Los sanitarios han confirmado que la gente aún no vacunada, prefieren abstenerse porque cree en las campañas de desinformación encabezadas por los antivacunas. Desde todo punto de vista es necesario combatir la mentira con la razón y la lógica de una mayoría de personas bien informadas y, por último, esperanzadas en los avances científicos para dar fin lo antes posible con esta pandemia que destruye vidas y economías.