La deuda con Samuel

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 05/10/2021
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Los últimos meses, marcados por la pandemia del covid-19, han sido fatales para nuestras ciudades pues varias personas han partido, y muchas de ellas antes de tiempo. Ayer nos sorprendió la noticia de la muerte de Samuel Blanco Blanco, un hombre que estuvo vinculado a esta casa periodística, Editora del Sur S.R.L., a través del diario El Potosí.

El lanzamiento de El Potosí fue un proyecto madurado durante años y, por ello, al llegar 2001, y ya todo estaba listo para que el periódico saliera a las calles, estaba pendiente el último gran detalle: el nombre del director. Aquel año, Samuel Blanco estaba en la cúspide de su popularidad. Hacía poco, le había devuelto a Potosí su plaza en la primera división del fútbol profesional cuando su equipo, Real Potosí, obtuvo el campeonato de la Copa Simón Bolívar y, hasta ese momento, era la sensación de los torneos. Su éxito se debía en gran medida al manejo gerencial del club. Blanco era empresario y aplicaba su visión a todo lo que hacía. Ese fue el argumento con el que se le propuso la dirección del periódico que estaba a punto de abrirse.

De esa manera, el primer director de El Potosí fue el presidente de Real Potosí. La idea de nombrar a un empresario vinculado al fútbol dio resultado aunque, durante todo el tiempo que desempeñó el cargo, fue difícil convencer al público que periódico y club de fútbol circulaban por cauces distintos.

Los años en los que Samuel Blanco fue director de El Potosí permitieron conocerlo en facetas alejadas del plano mediático. La clasificación de Real Potosí a la Copa Libertadores de América determinó que el estadio “Víctor Agustín Ugarte” sea sometido a refacciones con el fin de cumplir las exigencias de la Conmebol. Así fue que se transformó el palco de honor que tuvimos el privilegio de ocupar en el primer partido del torneo continental que se disputó en la Villa Imperial, aquel histórico 5 de febrero de 2002 en el que Roberto Correa marcó el gol del triunfo a los 19 minutos de juego.

Antes de aquel Real Potosí que era conducido por Samuel Blanco, ningún equipo potosino había llegado tan lejos en el fútbol profesional. Y, por si fuera poco, todavía restaban otros logros como nuevas clasificaciones al torneo continental y, finalmente, el tan ansiado campeonato. Fue cinco años después, en el torneo Apertura de 2007. El título llegó el 10 de junio de ese año con una contundente goleada de 6-0 al Real Mamoré del Beni. Ya para entonces, la copa estaba asegurada pero la ratificación fue en la siguiente fecha, nada menos que en Sucre, frente a Universitario, al cual le arrancó un punto en su casa del estadio “Patria”. Cuando el equipo llegó a Potosí, tuvo un recibimiento apoteósico y los gobiernos departamental y municipal otorgaron distinciones a sus integrantes. Samuel Blanco recibió, oficialmente, el título de hijo predilecto de Potosí que había ganado con suficiencia desde hacía años.

Es probable que Real Potosí iba a seguir sumando lauros pero la buena estrella de Samuel Blanco se eclipsó por su salud, que primero le empujó a Santa Cruz y luego a su natal España. Ya en tierra cruceña sufrió una fibrosis pulmonar que requirió un trasplante de pulmón que debió esperar a que llegue un donador. La operación se hizo en España, pero ya no pudo curarse. 

Resultó doloroso ver cómo decaía su salud, a la par que su equipo bajaba escalones en la tabla del punto promedio. Parecía que sus destinos estaban ligados.

Ahora, Samuel Blanco ha partido dejando un legado inconmensurable en la historia del fútbol potosino. La Alcaldía de Potosí le ha levantado una capilla ardiente, pero no es suficiente. Lo menos que se debe hacer es perpetuar su memoria con algún nombramiento que, por ley, está en manos del Concejo Municipal.

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