Por: Zulema Alanes B. |
La XI Marcha Indígena ingresó triunfante a Santa Cruz tras 37 días y más de 500 kilómetros de recorrido. “No tenemos que pedir nada a nadie, porque la tierra donde vivimos es nuestra”, afirmó el líder indígena Marcial Fabricano.
Amparo Carvajal, la presidenta de la Asamblea de Derechos Humanos acompañó a la columna de 600 indígenas de Tierras Bajas y el Chaco que movilizó a miles de cruceños que ondearon las banderas de patujú en señal de reconocimiento al sacrificio de los marchistas y en un acto de afirmación de su identidad.
“Ahí siempre habitaron nuestros antiguos padres, tenemos nuestros testigos mudos, los grades terraplenes”, dijo Fabricano antes de proceder a la iza de la bandera de patujú en la plaza 24 de septiembre.
Las campanas de la catedral repicaron para saludar a los protagonistas de la protesta pacífica que reclama se atienda una agenda de 14 reivindicaciones por territorio, justicia y dignidad.
La hazaña se inició el 25 de agosto en Trinidad, la capital del Beni, y a lo largo del sacrificado trayecto se conformó el Parlamento Indígena que deliberó y elaboró una agenda de demandas que se constituye en la carta de negociación con el gobierno de Arce Catacora.
EL SABOTAJE DE ARCE Y LAS PROVOCACIONES DEL MAS
“No sabemos por que están marchando” dijeron voceros del Gobierno. El presidente Luis Arce intentó deslegitimar la protesta y activó los métodos de siempre: la amenaza, el amedrentamiento, la división y el paralelismo.
Grupos del Movimiento Al Socialismo (MAS) hostigaron a los marchistas. “Flojos vayan a trabajar” arengaron los interculturales cuando la columna transitaba por los territorios ocupados.
Luis Arce se sumó al sabotaje. El 15 de septiembre, ABI, la agencia de noticias del oficialismo, informó que se reunió con representantes de 18 pueblos indígenas del departamento del Beni, todos incondicionales al régimen que se prestaron al paralelismo de las organizaciones auténticas, desde tiempos de Evo Morales.
“Hemos aprendido de nuestros hermanos aimaras, quechuas, guaraníes, y aprendemos ahora de nuestros indígenas del Beni, de Pando, del norte paceño, hay que unificar, hermanos (…). La derecha es la que se ha encargado de dividir”, dijo Arce en un claro intento por desprestigiar a los marchistas.
La Marcha Indígena siguió su curso, la maniobra de Arce no causó efecto. Cinco días después arremetió nuevamente, esta vez en el municipio de San Julián, departamento de Santa Cruz. Organizó un acto para hacer entrega de una vía rehabilitada, Cuatro Cañadas-Núcleo II. Comprometió otras obras, y anunció la construcción de silos para almacenar la soya, producto estrella del agroestractivismo, causante de los incendios para ampliar la frontera agrícola.
San Julián, principal enclave del MAS, se perfilaba como el tramo más crítico de la Marcha Indígena. Circulaban amenazas y se temían enfrentamientos. La columna de marchistas no se dejó provocar, hizo un alto y organizó un recorrido pausado, pero pacífico.
CHAPARINA NO OLVIDA
31 años después de la primera Marcha Indígena por el Territorio y la Dignidad indígenas del oriente, chaco y amazonía retomaron su lucha por el derecho a sus territorios y contra los avasallamientos.
La primera columna partió el 25 de agosto desde Trinidad. Marcial Fabricano, el líder indígena de la primera marcha, lo dejó en claro: “31 años después nuestras demandas no han sido resueltas y nuestros territorios siguen bajo amenaza”.
Y explicó a Cabildeo Digital que tres décadas después “volvemos a marchar porque nuestros territorios están siendo avasallados y nuestros derechos son vulnerados”.
El presidente de la Central de Pueblos Indígenas del Beni, (CPIB – Orgánica), Abdón Justiniano Cujuy, dijo que la movilización fue decidida en un cabildo indigenal, porque “Chaparina no se olvida, y el 25 de septiembre se recuerda 10 años de la masacre”.
Poco a poco la marcha asumió “la estrategia de lucha y resistencia ante los avasallamientos, la deforestación y la destrucción del ecosistema como consecuencia de incendios provocados por el tráfico de tierras”.
AGENDA ESTRATÉGICA DEL PARLAMENTO INDÍGENA
La marcha indígena se convirtió en un espacio de deliberación que culminó con la constitución del Parlamento Indígena y la formulación de una agenda estratégica de 14 puntos.
El Parlamento Indígena representa la autodeterminación, la capacidad de organización y representación, sin mediaciones de partidos o caudillos “que no nos representan”, dijo a Cabildeo Digital, Abdón Justiniano Cujuy, presidente de la Central de Pueblos Indígenas del Beni (CEPIB).
Ratificó que uno de los temas centrales es la defensa del territorio, los recursos naturales y la identidad cultural. Y con esa perspectiva, los marchistas en consulta permanente con sus bases, elaboraron su agenda: Tierra territorio; Acceso a los proyectos fondo indígena; Escaños especiales a nivel nacional, departamental y municipal; Abrogación, derogación de leyes y normas que afectan a los pueblos indígenas; Autonomía de los fondos indígenas nacional, departamental y secretarías departamentales de los pueblos indígenas; Auditorías al exFondioc; Demandas en educación; Demandas en salud; Administración de justicia indígena; Ley de la Amazonía; Ley de compensación histórica (pacto fiscal); Límites del Tipnis, Línea Roja con Cochabamba; Cumplimiento del Acuerdo Escazú de protección al medio ambiente; Realización del Censo 2022.
La XI Marcha por Territorio y Libertad: