“Vos podrías ser el Joe Pesci británico”. Eso dice Stephen Graham que le dijo Martin Scorsese mientras ambos trabajaban, respectivamente como actor de reparto y director, en el rodaje de Pandillas de Nueva York (2002).
La observación del cineasta era de lo más precisa, atendiendo al biotipo de intérprete que tenía al frente (petisito, robusto, con gesto de “te voy a comer el hígado en cualquier momento”) y a su antecedente más inmediato: Snatch: cerdos y diamantes (2001, Guy Ritchie).
El tiempo le dio la razón a Scorsese, por cuanto la filmografía de Graham lo entronizó como un duro desde papeles pequeños o medianos en producciones de alta calidad.
Entonces fue Al Capone en la serie dramática Boardwalk Empire; un capo del crimen organizado y boxeador en la más reciente A Thowsand Blows; un padre neonazi en el filme This Is England (2006, Shane Meadows); un sindicalista confrontativo en la serie y futura película Peaky Blinders, y otro mafioso de ascendencia italiana en El irlandés (2019, de nuevo para Scorsese).
“Marti” no fue el único que le vio potencial a este intérprete de 51 años, nacido en Kirby, localidad del condado de Merseyside, ubicado en el noroeste de Inglaterra.
Brad Pitt, su compañero en Snatch, también intuyó que estaba para grandes cosas. “Veía muchos personajes en mí mucho antes de que hiciera gran cosa. Nunca lo olvidaré. Su apoyo fue muy importante”, le dijo a Rolling Stone.
Pero Stephen Graham acaba de dar el salto de su carrera en otro tipo de viaje interpretativo que además lo tiene como autor. Se trata de Adolescencia, la serie sensación de Netflix. O, mejor dicho, la miniserie de cuatro capítulos que es la más vista en la plataforma al haber conseguido aproximadamente 24.300.000 views en la última semana.
Realizada por Matriarch Productions, la productora que fundó en 2020 junto con su esposa Hannah Walters, Adolescencia se centra en Jamie (Owen Cooper), un niño de 13 años acusado de asesinar a cuchilladas a una compañera de su colegio.

Y en sus cuatro episodios, todos grabados con maestría en plano secuencia, indaga más en los porqués de ese fatal desenlace que en saber si Jamie fue el autor del crimen o no. En ese proceso, releva temas espinosos y construye un relato acerca del posicionamiento silencioso de la manósfera y de la cultura “incel” en los teens.
Van definiciones de manual, por las dudas.
Manósfera: red de sitios web, blogs y foros en línea que promueven la masculinidad enfatizada, la hostilidad hacia las mujeres o misoginia, y una fuerte oposición al feminismo. Se la ha asociado políticamente con la extrema derecha y con la derecha alternativa.
“Incel”: acrónimo de la expresión inglesa involuntary celibate, celibato involuntario; en sus orígenes, el término fue acuñado por Alana, una mujer canadiense que en 1997 creó el proyecto de “Célibe Involuntario” como una fuente de consuelo y apoyo para personas que experimentaban soledad, falta de reconocimiento y apoyo social, permitiéndoles un espacio para crear comunidad, expresarse y hablar sobre o en virtud de las experiencias compartidas.
“No pretendemos brindar desde este espacio definiciones cerradas ni homogéneas respecto de la cultura ‘incel’ ni de quienes se sienten representados por ella”, suman en GenEx, programa por la Igualdad de Género de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
“Sin embargo, luego de su creación, el ecosistema ‘incel’ fue manifestándose en comunidades virtuales, integradas en su mayoría por varones, que fueron desarrollando una cultura propia. A través de los foros ‘incels’ fueron in crescendo en expresiones de misoginia, hostilidad, apología de la violencia hacia las mujeres y personas LGBTIQ+, deshumanizándolas y responsabilizándolas por su falta de interacciones sexoafectivas, llegando incluso a promover o realizar actos de violencia extrema”, refuerzan.
El personaje de Stephen Graham en “Adolescencia”
La cuestión es que Stephen Graham encarna a Eddie, el padre de Jamie que, a pesar de que con su ejemplaridad marital-paternal rompe con una tradición familiar violenta, se encuentra de buenas a primeras con que su hijo es buscado por la Policía por un (no tan) supuesto asesinato.
Primero, Eddie es pura confianza en su niño, quien asegura no haber matado a su compañera. Pero luego, cuando hay pruebas irrefutables de que Jamie miente, se convierte en una bola de desconcierto, dolor y culpa.
Una interpretación brillante, en suma, coronada en el episodio final con una línea de diálogo con Christine Tremarco (que encarna a su esposa Manda, madre a Jamie), en la que ambos se plantean si hicieron lo correcto en la crianza de su niño. Y también con un gesto absolutamente conmovedor y desolador, que se produce cuando Eddie entra a la habitación de Jamie luego de 13 meses del hecho y con su hijo detenido a la espera del juicio, para abrazar y besar al osito que está sobre su cama, mientras llora desconsoladamente.
Lo que para el público en general es una sorpresa en la carrera de Stephen Graham, para él es de lo más natural. “De pequeño, no fueron sólo las películas estadounidenses y actores como De Niro y Pacino los que me hicieron querer ser actor”, contó en el mismo encuentro con Rolling Stone.
“Fueron los dramas sociales que se veían en la televisión británica, y las proyecciones de Play for Today, donde directores como Ken Loach y Alan Clarke hicieron un trabajo increíble. Eran historias duras y humanísticas sobre la clase trabajadora y problemas reales. Y, como se emitían en televisión, llegaban a una audiencia enorme”, amplió.
“Eso era realmente lo que quería lograr con Adolescencia, tanto como escritor como actor. No pretendía hacer un éxito. Quería hacer uno de esos dramas sociales para este momento. Porque estamos viviendo una verdadera crisis con los jóvenes hoy en día, y tenemos que empezar a hablar al respecto ya. Nos afecta a todos. Sólo quería iniciar una conversación sobre esto, una conversación real. No sabía si la gente estaría lista para hablar de eso. Pero creo que sí”.
Stephen Graham cree bien: Adolescencia ya es tema de conversación internacional. En entrevistas ofrecidas en el último tiempo, el actor contó que varios amigos de distintos continentes se sintieron tocados (atravesados, como se dice ahora) por la serie, que coescribió con su admirado Jack Thorne y que cumple con el propósito que Matriarch Productions expone en su página web. ¿Cuál es ese propósito? “Brindar una plataforma fundamental para las voces e historias subrepresentadas en el Reino Unido”, según se lee allí.
Entonces, ficcionalizando a partir de varios casos reales vistos en el noticiero o leídos en los tabloides británicos, Graham ganó centralidad tanto en el mundo del espectáculo como en el sociopolítico.
Por caso, Keir Starmer, el primer ministro británico, reveló en la Cámara de los Comunes que había visto Adolescencia con sus hijos de 14 y de 16 años. Y precisó: “Esta violencia llevada a cabo por hombres jóvenes, influenciados por lo que ven en línea, es un problema real… Es detestable, y debemos abordarlo”.
Adolescencia, una serie inquietante hecha con amor y honestidad
“La serie la hicimos con tanto amor, con tanta integridad y tanto respeto que probablemente fue la experiencia más feliz que he tenido como actor”, aseguro Graham en Tudum, evento promocional de Netflix.
“Creo que hicimos nuestra pequeña piedra, nuestra piedrita o lo que fuera, la lanzamos al universo y cayó en el estanque. Y el efecto dominó ha sido, sinceramente, un poco abrumador. No te imaginás el impacto que puede tener. Pero la intención siempre fue de pureza, de verdad y de honestidad”, redondeó.

“Hicimos una pieza basada en la verdad y en lo que está sucediendo en Gran Bretaña con jóvenes que apuñalan a niñas hasta la muerte. Sólo queríamos arrojar luz sobre este tema y, sobre todo, generar un diálogo entre padres e hijos”, sumó. E inmediatamente aclaró que agitar la conversación social no es lo mismo que ofrecer respuestas.
“Independientemente de nuestras aspiraciones políticas o de nuestras situaciones económicas, siento que todos buscábamos arrojar luz sobre ese problema. Me gratifica que la serie haya superado esa barrera”, completó Graham, cuya sensibilidad para Adolescencia fue puesta en discusión en estos días por un carpetazo que señala que, precisamente de adolescente, fue expulsado de la escuela de arte dramático del Rose Bruford College (del distrito londinense de Bexley) por comportamientos misóginos, homófobos y racistas. Y por ser, supuestamente, traficante de drogas.
“¿Racista? Mi abuela es jamaiquina, así que no puedo serlo. Sólo había cinco chicos negros en la universidad y me consideraba uno de ellos. ¿Misógino? Me encantan las mujeres. Mi madre me crio sola durante 10 años, así que no sé de dónde salió eso. ¿Homofóbico? Mi tío es gay y lo adoro, y tengo un montón de amigos gays. Así que, repito, eso no es cierto”, le aseguró a Vice en 2007, en una nota rescatada ahora por El País, de Madrid.
¿Y era traficante de drogas? “Nunca he vendido drogas. Las he consumido, pero nunca las he vendido”, aseguró antes de recordar que fue expulsado de la Rose Bruford College porque el director no se lo bancaba.
En cualquier caso, aquella autoridad docente se perdió la posibilidad de chapear con haber formado a uno de los creadores de Adolescencia, que empezó a trabajar en la industria luego de pasar un casting a fines de los ‘90 para actuar en la novela Coronation Street, que se emite en la televisión británica desde comienzos de los ‘60.
Adolescencia, una experiencia inmersiva para los actores
Tal como se indicó arriba, cada episodio de Adolescencia se rodó en una sola toma continua, lo que hizo que durante su realización la cámara pasara de mano en mano hasta engancharse en drones incluso.
Según apuntó Graham a AP, este es un estilo utilizado anteriormente por el director Philip Barantini (su socio creativo en Boiling Point, de 2021) que busca aportar inmediatez al espectador y garantías inmersivas al elenco.
“Tenés esa espontaneidad y esa energía que se consiguen al hacer una obra de teatro y una actuación en directo”, explicó quien reclutó a Owen Cooper en un taller teatral dictado en una escuela de Mánchester.
Y quien en el proceso de coescritura con Jack Thorne fue el de la idea de centrarse en la familia del acusado para plantear preguntas sobre quién es el culpable de la violencia adolescente.
En este sentido, en Tudum le señalaron a Graham que esta es una historia que, a pesar de estar inspirada en eventos específicos, aborda un problema universal mayor: la alienación.
Además, le plantearon que es desgarrador ver cómo esta se manifiesta en los niños, pero también en los padres, quienes incluso se sienten desconectados de cómo criaron a sus propios hijos.
Eso se pone de manifiesto en la serie al contrastar el efecto de la atrocidad perpetrada por Jamie con lo perfecta que es su hermana Lisa (Amélie Pease). Y al lograr que reverbere la pregunta de sus padres “¿qué fue lo que hicimos mal?”.
“Para mí, la belleza y la poesía de ese lenguaje se reducen a la maravillosa escritura de Jack y a cómo explora la condición humana”, analizó Graham.
“Pero lo que encontré sobre la belleza de ese verso en particular y la poesía de ese último fragmento de conversación, no lo olviden, es que son las últimas palabras que Eddie escucha antes de entrar en la habitación de Jamie, donde se da cuenta de que debería haber pasado mucho más tiempo con él”, señaló.
“Hay una canción de un chico llamado Loyle Carner, que grabó a su propio padre diciendo ‘A veces el padre necesita al hijo tanto como el hijo necesita al padre’… Me hace llorar esa frase. Lisa intenta mantener unida a la familia. Es una estudiante sobresaliente; irá a la universidad. Tiene una vida brillante por delante. Pero ella es la que dice: ‘Mirá, no nos mudaremos, porque nos va a seguir a todas partes, y siempre lo hará’”, desarrolla.
“Ella siempre será la hermana del que mató a esa chica. Lo será por el resto de su vida. Y su futuro bien pudo haber sido tan brillante, todavía puede serlo. Y Eddie está tan impresionado y tan en plan ‘¡guau!’. Ella lo deja sin aliento por un segundo... y él le dice a su esposa: ‘¿Cómo lo hicimos?’. Y luego, el verso que regresa es igualmente bello: ‘De la misma manera que lo hicimos a él: con amor, lo mejor que pudimos. Lo que hicimos allí también lo hicimos aquí. No hicimos nada diferente’”, finalizó el actor al que, tras Adolescencia, se le abre un mundo nuevo.
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