Una crecida en el río Pilcomayo llevó a niveles récord a su caudal y la provincia de Salta se encuentra bajo alerta ante la posibilidad de que el panorama se vuelva más crítico. La situación generó el aislamiento de más de 300 familias y derivó en el corte de la circulación en la ruta provincial 54 debido a la subida del agua.
Según informes, el nivel del curso de agua alcanzó los 6,38 metros el miércoles pasado, y si bien hubo una pequeña baja dos días después, las condiciones siguen siendo preocupantes y no se descartan aún mayores crecidas.
De acuerdo al sitio local Informate Salta, el gobierno provincial instaló un campamento base en El Rosado, un punto estratégico ubicado a 35 kilómetros de Santa Victoria Este, una de las localidades más perjudicadas, para coordinar todas las acciones desde ahí.
A través de sus redes sociales, el gobernador Gustavo Sáenz informó que más de 500 personas, entre empleados del gobierno provincial, de los municipios e integrantes del Ejército y Gendarmería, están trabajando “para asistir a las familias afectadas por la histórica crecida del río Pilcomayo”.
“Hace semanas que estamos en territorio y hoy enfrentamos uno de los picos más altos. Por eso, instruí al Comité de Emergencia a reforzar las acciones y la asistencia sociosanitaria a las poblaciones que pudieran resultar afectadas”, escribió en su cuenta de X.
La administración provincial, en este contexto, informó que iniciaron la evacuación “de manera preventiva y voluntaria a los integrantes de las distintas comunidades ribereñas de Santa Victoria Este”, las más afectadas por el fenómeno.
En esas circunstancias se encuentran, además, los pobladores de las zonas de La Puntana, La Curvita y Misión La Paz, un pueblo que está completamente aislado y en el que sus habitantes no pueden acceder a alimentos o recursos básicos.
"A través de un megaoperativo intersectorial, se está brindando asistencia continua a las comunidades con maquinaria especializada, vehículos de traslado, atención sanitaria y distribución de alimentos, agua, colchones y frazadas”, expresó el gobierno salteño.
Frente a este escenario, el vocero de las comunidades indígenas, Hugo González, advirtió que el río ya arrasó con dos viviendas y amenaza con derribar una tercera. "La situación es crítica, muchas familias lo han perdido todo y la defensa de la comunidad La Estrella ya cedió", alertó el hombre, según indicó el Diario Norte.
Además, señalan, están en riesgo las instalaciones de Gendarmería Nacional y la Aduana que están en esa zona fronteriza.
En tanto, de acuerdo a las previsiones de los organismos competentes, se espera que la situación comience a estabilizarse entre el lunes y martes.
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