No es necesario recibirse de psicólogo para darse cuenta que Javier Milei es una persona que necesita reforzar constantemente su autoestima.

Después de construir una estrafalaria imagen a la que acompañó de un discurso directo y muy agresivo, llegó a la presidencia del país.

Está claro que no va a cambiar lo que lo llevó a la cima pero es de estudio poder observar la mente de una persona que deja tan expuestas sus carencias afectivas.