Luego del letargo de precios que tuvo durante buena parte del año pasado, la cadena de la carne vacuna comenzó a moverse en el arranque de 2025; a tal punto que en los dos primeros meses las actualizaciones en los valores le ganaron fuerte a la inflación.
Mientras en los corrales y en las plantas de faena, los ganaderos y los industriales frigoríficos están obligados a hacer cada vez más eficientes y a optimizar sus procesos productivos, el escenario de precios para la ganadería bovina no volvería a tener en el corto plazo grandes sobresaltos.
“Ya se ha producido una suba importante en los precios de la hacienda, del 30% al 40% en los últimos meses, lo que sugiere que no se esperan grandes aumentos en el futuro cercano”, anticipó Federico Santángelo, analista del mercado ganadero y director de la consultora especializada Agroideas.
Aunque el consumo interno muestra una leve mejoría, y en un contexto de menor faena, no será suficiente para impulsar una gran demanda que siga traccionando sobre los precios.
En el marco de la primera charla Granadera del año realizada en Córdoba, organizada por la Asociación de Frigoríficos e Industriales de la Carne de Córdoba (Afic) y de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentina (Fifra), Santángelo pronosticó que la hacienda en los próximos meses podría experimentar algunas correcciones leves en su cotización, no mayores al 10%, debido a la limitada cantidad de dinero en el mercado y a que el sector exportador traccionará lo justo y necesario.
Además de la exposición del analista ganadero, la jornada que se realiza en forma conjunta con la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA) contó con la participación del economista de la BCCBA, Gonzalo Agusto, que expuso sobre el escenario agrícola para el maíz y la soja, y del economista José Simonella, que dio su visión sobre el contexto y la perspectiva económica.
Santángelo explicó que la cantidad de cabezas disponible en los feedlots dimensiona buena parte de la oferta de carne. Meses atrás, con un valor del novillo deprimido y con un precio del maíz que no era negocio para convertirlo en carne, en nivel de encierro en los establecimientos intensivos bajó.

Debido a ello, en la actualidad, la población de novillos en los feedlots –que aporta entre 30% y 40% de la faena mensual– ronda un promedio de entre 1,6 millones a 1,7 millones de cabezas, lo cual indica un margen de faltante de hacienda para los próximos meses.
No obstante, Santángelo sostiene que comenzarán a llenarse nuevamente los corrales –con el arranque de la zafra los terneros–, lo cual será clave para determinar la evolución del precio de la hacienda.
Buen escenario para el ternero
Para el primer eslabón de la cadena ganadera, Santángelo visualiza un panorama favorable para el criador, con precios que se sitúan levemente por encima del promedio de los últimos años. Según su visión, el éxito del criador dependerá de la productividad de su campo, siendo fundamental alcanzar altos porcentajes de destete. Se espera, inclusive, que la relación entre el precio del gordo y la invernada mejore durante la zafra de terneros, favoreciendo al feedlot.
En lo que va del año, la relación entre el precio del kilo de novillo y el precio del maíz ha evolucionado de manera favorable para el invernador.
En enero, se podían comprar 14 kilos de maíz por cada kilo de novillo.
Si bien en la actualidad esta relación ha bajado un poco, situándose en 12 kilos de maíz por kilo de novillo, es superior a la histórica de los últimos años que es de 9 kilos de maíz por kilo de novillo.
“Esto indica que, si bien la relación ha disminuido ligeramente en comparación con enero, todavía se encuentra por encima del promedio histórico, lo cual es favorable para el feedlot”, comparó el analista.
En un contexto en el cual la especulación financiera es cada vez menos rentable, Santángelo sugirió que la ganadería debe apuntar a una producción más eficiente, como la recría en campos agrícolas con alta carga animal, en lugar de sistemas ineficientes.
Destaca que el costo del kilo ganado en el feedlot sigue siendo favorable, lo que impulsará a los corrales a mantener buenos niveles de actividad en los próximos meses.
Dentro del negocio de la invernada, el buen panorama que visualiza el ternero se contrapone con el que tendría la vaca. Al respecto, en analista auguró que el precio de esta categoría puede bajar en los próximos meses ¿Las razones? Durante los meses de marzo, abril, mayo y junio, hay una mayor oferta de vacas. Se estima que el precio de esta categoría, que actualmente ronda los $ 1.500 el kilo vivo, podría bajar entre $ 200 y $ 250.
“La industria frigorífica, que ejerce un monopolio en la compra de vacas, ajustará los precios a la baja como su principal variable de ajuste ante la caída de competitividad”, observó.
Exportaciones, ¿con menor volumen en 2025?
Luego de haber alcanzado durante 2024 el mayor volumen exportado en los últimos 100 años, las exportaciones de carne bovina es probable que en 2025 se tomen un respiro, obligada por las circunstancias.
Los datos del arranque del año así lo reflejan. En enero los volúmenes embarcados fueron 25% inferiores a los de igual período de 2024 y 20% respecto a diciembre.
Ante un auditorio integrado casi en su totalidad por empresarios frigoríficos de la región, Santángelo indicó que la industria exportadora está perdiendo competitividad debido a la subida del precio de la hacienda y el estancamiento del tipo de cambio.
“Los costos de la industria están aumentando, lo que dificulta competir con otros mercados como Brasil, Uruguay y Paraguay”, agregó.
Como muestra, basta un botón. El precio del novillo en Argentina es más caro en comparación con los países de la región.
“El costo del kilo gancho para la industria en Argentina supera los U$S 4. Este valor supera al valor del Mercosur, que es inferior a los U$S 4”, agregó.
En definitiva, el negocio exportador durante 2025 no demandará tanto volumen como el año anterior. Habrá más carne destinada al mercado interno debido a la menor competitividad en el mercado internacional.
Santángelo, no obstante, prevé que muchos exportadores seguirán comprando y faenando, ajustando su faena para mantener la actividad.
China, que ha sido el principal mercado para la carne argentina, se está empezando a retraer en volumen y sigue con su tendencia de pagar menores precios.
Para el socio de Agroideas, la competitividad de la industria frigorífica dependerá de lo que haga el gigante asiático con el precio de la vaca.
La contracara podría ser Estados Unidos, no por el lado del volumen sino por el lado del valor en nichos de consumo determinados.
Para Santángelo, se presenta como un mercado atractivo, con precios por encima de los U$S 6 o U$S 7 el kilo. “Aunque tradicionalmente este mercado se ha enfocado en carne para manufactura, existen nichos de mercado para cortes de valor y carne orgánica”, destacó.