La inflación de enero fue del 2,2% y una variación interanual del 84,5%, de acuerdo a los datos del INDEC. Esos porcentajes fueron calculados en base a la estructura de gastos de las personas y familias de 2004/05 y una base de precios de 2016.
En cambio, si se tomara la estructura de gastos de 2017/18 que el INDEC relevó, pero que no implementó, y una base de precios de 2023, la inflación de enero habría sido del 2,8% y la variación interanual del 104%.
Tamaña diferencia en la medición de inflación se debe a que en las ponderaciones de la Encuesta del Gasto de los Hogares (ENGHO) de 2004/05 “los servicios representan 34% de la canasta en tanto que en la versión actualizada casi el 59%”, señala la consultora LCG.
La característica de la inflación de los últimos años, y con más fuerza durante la gestión del actual Gobierno, es que los precios de los servicios vienen subiendo muy por encima de los bienes. Por ejemplo, en los últimos 12 meses a enero 2025, los precios de los bienes subieron el 64,5% y los de los servicios, como luz, gas, agua, prepagas, transporte, gastos financieros, aumentaron 152,4%.
En consecuencia, con una ponderación de los servicios del 59%, la incidencia en el Indice de Precios es muy superior que con apenas el 39%. Y determinaría una inflación promedio muy superior.
La falta de actualización del IPC lleva a que la medición de inflación no refleje la incidencia real que tiene en los gastos de las personas y de las familias. Y lleva a conclusiones muy diferentes en relación a un sinnúmero de variables económicas y sociales, como la evolución del poder de compra de las personas y de las familias.
Estas fuertes diferencias entre lo que habría pasado entre uno y otro índice pueden explicar, en parte, por qué las familias “sienten” que el poder de compra sigue deprimido y las ventas vinculadas al consumo privado retrocedieron durante el año pasado.
En síntesis: no es que el INDEC mide mal la inflación, sino que lo hace sobre estructuras de consumo atrasadas, muy modificadas por los cambios tecnológicos (por ejemplo, celular versus telefonía fija) y por los cambios en los precios relativos
Si bien limitado a la Ciudad de Buenos Aires, el IPC se actualizó en 2022. Las ponderaciones se basaron en el de relevamiento de la ENGHo 2017/2018 con una base de precios de 2021.
En enero, la inflación porteña fue de 3,1% y una interanual del 100,6%.
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