"Esperanza", el libro del papa Francisco, cuya versión en español estará disponible a finales de este mes, recopila a través de historias personales los principios clave de su pontificado: la búsqueda de la paz, la acogida a los migrantes y la protección del ambiente.
A sus 88 años, Francisco rememora episodios de su niñez en un barrio multicultural de Buenos Aires, sin ocultar acciones de las que ahora admite arrepentirse."Recuerdo mis pecados y siento vergüenza (...) Soy un pecador", afirma el jefe de la Iglesia católica, según declaraciones recogidas en la edición inglesa de la biografía.
Francisco se define como un "niño travieso" y recuerda con cariño a los integrantes de su familia. También relata la travesía de sus abuelos italianos, quienes emigraron a Argentina en 1929 viajando en un camarote de tercera clase, mientras su abuela ocultaba sus pertenencias en el forro de su abrigo.
Una vida de añoranzas: 30 años sin ver a San Lorenzo
Jorge Bergoglio rememora también el cónclave de su elección después de la renuncia de Benedicto XVI. "Nunca imaginé que el resultado de este cónclave me podía afectar directamente, así que figúrese si había pensado en un nombre papal", explica.
"En San Pedro, esos días había una persona sin hogar que se paseaba con una pancarta alrededor del cuello donde había escrito 'papa Francisco I'. Esta imagen solo me vino a la memoria después, cuando varios periódicos publicaron la fotografía", cuenta.
Además, en sus memorias revela que desde 1990 no mira televisión, cumpliendo una promesa que hizo tras ver accidentalmente "imágenes perturbadoras" que le afectaron profundamente. Reconoce haber hecho "excepciones raras", como durante los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Por este motivo no ha visto un partido de su equipo de fútbol, el San Lorenzo de Almagro, "en 30 años", aunque señala que "un guardia suizo me pasa los resultados" en la oficina.
Bergoglio lamenta el aislamiento provocado por el poder. "Salir a comer una pizza es una de las pequeñas cosas que más extraño", dice. "Una pizza comida en una mesa tiene un gusto muy distinto al de una pizza entregada a domicilio", explica. "Cuando era cardenal, me encantaba caminar por la calle y tomar el metro. Las calles me hablaban, están llenas de enseñanzas", afirma.
En el libro, escrito en colaboración con el periodista italiano Carlo Musso, el papa aborda también las dificultades de su pontificado, como la reforma de la burocracia vaticana y la imposición de reglas en el campo financiero, que suscitaron "la mayor de las resistencias". También se adentra en temas de la actualidad: desarrollo tecnológico, rol de la mujer, sexualidad y el futuro de las religiones.
KF/ML