Gobierno invierte en extractivismo al menos 34 veces más que en turismo
Entre 2016 y 2019, el Gobierno boliviano invirtió hasta 34 veces más en hidrocarburos que en turismo, y para 2022 se había presupuestado invertir hasta 810 veces más en minería que en turismo, de acuerdo a datos oficiales. Este panorama muestra que el Estado prioriza el extrativismo antes que las actividades económicas más sostenibles, señalaron entendidos en la materia.
En días recientes, sucesos delictivos en el salar de Uyuni pusieron de nuevo en la agenda mediática al sector turístico, golpeado por la pandemia, el descuido estatal y grupos delincuenciales que extorsionan a los empresarios a cambio de dejarlos trabajar.
Pese a ello, el sector fue creciendo en los últimos años: de 347 millones de dólares recibidos en 2008 a 837 millones en 2019, según datos del INE. Después de la pandemia y los conflictos sociales, el monto cayó a 190 millones en 2021.
El número de visitantes extranjeros también subió de 764 mil en 2008 a 1,4 millones en 2019. Para 2022, se estimó 896 visitantes.
El gerente del Observatorio Boliviano para la Industria Turística Sostenible (Orbita), Andrés Aramayo, explicó que estos datos pueden ser engañosos y que el millón de visitas no siempre se refleja en hospedajes en hoteles, viajes por aerolíneas y otros servicios.
Aún así, el aporte del turismo a la economía es innegable. En 2019 era el cuarto producto de exportación más importante del país, según datos de Orbita, esto pese a la notoria desventaja en inversión pública.
Entre 2016 y 2019, el sector público invirtió un promedio anual de 292 millones de dólares en hidrocarburos, 246 millones en el sector agropecuario y 140 millones en minería. Pero tan sólo se invirtió 8,7 millones en turismo (ver infografía).
Sin embargo, el retorno de inversión entre los sectores es muy diferente. Por cada dólar invertido en turismo se generan 92 dólares de retorno, mientras que por cada dólar invertido en hidrocarburos se obtienen 9 dólares de retorno (ver infografía).
Esto sin contar con los beneficios ambientales y de generación de empleo del turismo, apuntó Aramayo.
“Tenemos como Bolivia una focalización histórica en la explotación de los recursos naturales, y cuesta salir de eso. Paralelamente a eso está la falta de información y conocimiento de lo que puede aportar el turismo”, dijo el presidente de la Cámara Hotelera de Bolivia, Luis Ampuero, en una ocasión.
La Constitución Política del Estado (artículo 337) reconoce al turismo como una actividad económica estratégica, junto a otras como los hidrocarburos y la minería. Pese a ello, estos dos últimos rubros tienen ministerios y millones de dólares en inversión, para el turismo, en cambio, hay un viceministerio con mucho menos recursos, dijo Aramayo. “El Estado no prioriza el turismo, que es de lo único que el país podría vivir sin sus materias primas”.
Los Tiempos intentó conocer la posición del Viceministerio de Turismo y se envió un cuestionario, pero hasta el cierre de esta edición no hubo una respuesta.
Para Ampuero, a Bolivia (con una enorme riqueza cultural y medioambiental) aún le queda mucho por recorrer para estar a la par de sus vecinos que apuestan en la visita de extranjeros como fuente de ingresos alterna a la explotación de sus recursos naturales.
Indicó que antes de la pandemia a Bolivia llegaban 1,4 millones de turistas, mientras que a México arribaron 40 millones, a Chile 6 millones y a Perú y Argentina 5 millones.
Se gasta más afuera de lo que se recibe
De acuerdo a datos del INE, el país gasta más por el turismo emisor (bolivianos que viajan al exterior) de lo que recibe por el turismo receptor (extranjero que visitan Bolivia). En 2021 se gastó $us 341 millones en el turismo emisor y se recibió $us 190 millones.