Escapar de la rueda de la pederastia y el turismo sexual es difícil cuando eres pobre. Sucede cada vez más en las zonas costeras de Kenia. Un proyecto allí usa el arte y la danza para sanar las heridas de sus víctimasAl caer el sol y subir la marea, cientos de mzungus [como se conoce a los blancos en lengua suajili] presumen sus bronceados con despreocupación a ritmo de jazz y reggae en pizzerías y terrazas de hoteles a orillas del... + Leer noticia completa
Notibol es un agregador informático de noticias y no es responsable del contenido de los enlaces a los sitios externos que generan las noticias.
Acerca de Notibol | Contacto | Política de Privacidad | Descargo de Responsabilidad