El domingo, la tensión en Caivano, un municipio de la provincia de Nápoles golpeado por la criminalidad, subió a un nuevo nivel. En plena misa, el sacerdote Maurizio Patriciello—conocido por su enfrentamiento abierto contra la mafia—recibió una bala de calibre 9x21 envuelta en un pañuelo mientras oficiaba la comunión en la parroquia de San Pablo Apóstol.La escena fue tan impactante como simbólica: un hombre mayor y conocido en el... + Leer noticia completa
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