En teoría, para cualquiera que reciba una condena de 2 años en suspenso y se obligue pagar 4 millones de pesos en 30 cuotas por una amenaza de bomba, hubiera supuesto una situación de cierta congoja. Pero hoy, Carlos Cabaña (20) salió sonriendo luego de recibir ese castigo (además deberá hacer el curso ‘Reconstruyendo mi identidad ayudo a la sociedad) por llamar por teléfono para decir que había un explosivo en el Centro Cívico, el... + Leer noticia completa
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