Una canción suave, de desayuno, para despertar a un hijo que cumple años. Una canción para acompañar las horas de una amiga que está triste. Una canción para dormir un desamor. Hace casi un año que el músico neuquino, Andrés Ciruzzi (@andrés.ciruzzi), abrió una suerte de sastrería sonora donde en vez de trajes se hacen canciones a medidas. Antes de embarcarse en lo que él llama un proceso artesanal, intenta comprender cuánto hay... + Leer noticia completa
Notibol es un agregador informático de noticias y no es responsable del contenido de los enlaces a los sitios externos que generan las noticias.
Acerca de Notibol | Contacto | Política de Privacidad | Descargo de Responsabilidad