La campaña cordobesa trajo una novedad: en el breve espacio que hay entre las dos identidades de raíz peronista que conviven en la provincia -el cordobesismo y el kirchnerismo-, Natalia de la Sota metió una cuña. Rompió con el frente que fundó su padre y se fue con su apellido a cuestas a su propio espacio, Defendamos Córdoba. Tras un año y medio de ser una diputada díscola de su bancada, y después de infinitas especulaciones sobre si... + Leer noticia completa
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