El toque femenino se advierte al entrar al despacho de la ministra de Cultura de la Ciudad Gabriela Ricardes. Hay un cuidado en la estética y el orden. Nada es pomposo. Hay detalles propios que la funcionaria trajo de su casa: una foto de Jorge Luis Borges en blanco y negro parado con su bastón en la puerta de la sede de la sede de la Biblioteca Nacional en calle México 564 y un cartel escrito en tinta: “Toque timbre y espere”. Sobre un... + Leer noticia completa
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