ROSARIO. El 18 de febrero de 2011, el sargento Hernán Diego Solís se suicidó con un disparo en la cabeza. Era el jefe de la sección Armamento del Batallón N°603 del Ejército Argentino. Aquel día empezó a revelarse la oscura trama del robo de fusiles FAL de uso oficial que terminaron en manos de grupos criminales de Brasil y Paraguay, como el Primer Comando Capital (PCC). La extraña y repentina muerte de Solís sirvió para que los... + Leer noticia completa
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