No hay medida para el dolor de haber perdido una hija a manos de la violencia machista, pero Mary Leonelli soporta en sus espaldas una cruz todavía más pesada: ella vio con sus propios ojos el momento en que Cintia Cerrudo, de 32 años, era asesinada.Fueron 33 puñaladas las que sacudieron la tranquilidad habitual de San Andrés de Giles la mañana del 8 de enero de 2022. Mary lleva consigo el recuerdo tormentoso de los alaridos de Cintia, su... + Leer noticia completa
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