El quinto piso de Balcarce 412, la sede partidaria del PRO, el domingo pasado era un velorio. Los candidatos a legisladores porteños preguntaban: “¿Hasta cuántos entramos?”. Mauricio Macri, con cara adusta, miraba a sus asesores dilectos: Fernando de Andreis (el artífice del desembarco del gurú catalán Antoni Gutiérrez Rubí), Julián Gallo y Hernán Iglesias Illa. El catalán permanecía callado. Gabriela Michetti observaba la... + Leer noticia completa
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