En un mundo donde cuesta entablar vínculos y predomina la soledad, la inteligencia artificial aparece, para muchos, como una solución inesperada. La IA no siente, no ama, no sufre ni se emociona. Pero hay algo que sí hace: responde. A veces con precisión quirúrgica, otras con una empatía simulada, pero siempre está disponible e intenta mostrarse cada vez más amigable. Es ahí donde nacen las confusiones y surgen preguntas clave: ¿por... + Leer noticia completa
Notibol es un agregador informático de noticias y no es responsable del contenido de los enlaces a los sitios externos que generan las noticias.
Acerca de Notibol | Contacto | Política de Privacidad | Descargo de Responsabilidad