A Evo Morales le ha ocurrido lo mismo que a los perros que salen a la calle, rabiosos, a ladrarles a los autos. Corren detrás de ellos, los persiguen, enseñan los dientes como si fueran a devorarlos, pero cuando el vehículo se detiene, su furia desaparece como por arte de magia, y retroceden, esperando que pase otro coche para repetir el ritual. El expresidente marchó durante una semana hasta llegar a La Paz; se le atribuyeron intenciones... + Leer noticia completa
Notibol es un agregador informático de noticias y no es responsable del contenido de los enlaces a los sitios externos que generan las noticias.
Acerca de Notibol | Contacto | Política de Privacidad | Descargo de Responsabilidad