Era el año 1945 y “Manucho”, como le conocían en el ambiente literario, estaba en Europa. El diario La Nación, con quien colaboraba, le había pedido que cubriera la entrega de los Premios Nobel: ese año se lo entregaban a Gabriela Mistral. Él se había comprado unos zapatos de charol y estaba muy contento con el atuendo que había elegido para la ocasión, pese a que la nieve y el frío habían hecho que llegase empapado a la ceremonia... + Leer noticia completa
Notibol es un agregador informático de noticias y no es responsable del contenido de los enlaces a los sitios externos que generan las noticias.
Acerca de Notibol | Contacto | Política de Privacidad | Descargo de Responsabilidad