Durante décadas, una anciana del pequeño pueblo de Colti, en el sureste de Rumania, utilizó una simple piedra de 3,5 kilos para mantener abierta la puerta de su hogar. Lo que nunca imaginó es que ese objeto cotidiano era en realidad una de las pepitas de ámbar más grandes del mundo, valorada en cerca de un millón de euros. La mujer encontró la piedra en el lecho de un arroyo cercano. Sin sospechar su verdadero valor, la convirtió en... + Leer noticia completa
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