En 1981, Marianne Bachmeier, una madre destrozada por la pérdida de su hija, tomó la justicia en sus propias manos al asesinar al hombre que había violado y matado a la pequeña. Su acto estremeció a toda una nación y dejó una huella imborrable en la historia criminal de Alemania. El 6 de marzo de 1981, la tranquila ciudad de Lübeck, Alemania, fue escenario de uno de los actos de venganza más impactantes del país. Marianne Bachmeier,... + Leer noticia completa
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