Fidel Castro era un obsesivo. Una de sus últimas fijaciones fue la moringa, una planta originaria de la India que supuestamente sirve para curarlo todo, como aquellos remedios que venden los charlatanes en las plazuelas.El dictador cubano impulsó el cultivo y el procesamiento, pero como todo lo que tocaron sus manos, el maravilloso proyecto terminó en ruinas. Más tarde, los “sucios capitalistas” descubrieron que la moringa es un... + Leer noticia completa
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