Cuando hace tres meses Ana Emilia Sarrabayrouse dejó su cargo como Jefa de Cancillería en la Embajada de Argentina en Alemania para hacerse cargo del Consulado en Río de Janeiro, nunca se imaginó que una diplomática de su trayectoria terminaría teniendo un rol clave en la Copa Libertadores. Rosarina, madre de tres hijos, simpatizante de Central y futbolera pero de las que juegan, la cónsulesa (así se dice) está pendiente de la final... + Leer noticia completa
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