Hay otro cielo, siempre sereno y justo, y hay otro sol, aunque allí haya tinieblas. No importan los bosques descoloridos, Austin, no importan los campos silenciosos. Aquí hay un pequeño bosque cuyas hojas son siempre verdes. Aquí hay un jardín radiante, que nunca se ha helado. Y en sus pálidas flores oigo el vivo zumbido de la abeja. Por favor, hermano. ¡Ven a mi jardín!... + Leer noticia completa
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