Cuando tenía ocho años, Magdalena Guzmán Bustos ya trabajaba en el negocio de cambaceo de su padre, quien con el tiempo fundó en el centro de la ciudad mexicana de Guadalajara su primer establecimiento, la joyería “La Azteca”, allá por 1931. La misión de Magdalena en ese entonces era atender la vitrina y revisar las manos de las personas antes que salieran para que no se robaran las piezas. Si encontraba que alguien tenía algo de... + Leer noticia completa
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