El quinto “largo” de Bellott no es una película de terror experimental. Eso es solo lo que dicen algunos y algunas. Es una oscura/loca historia de amor, de Amancaya para Amir; de Amir/Amor para Amancaya. Dos espectros dañados/esquizofrénicos se sueñan. Nos sueñan como espectadores. Buey rojo sangre es como la final de la Copa del Mundo: hay varios partidos/películas en ella. Las historias de terror clásico me aburren. No es culpa de... + Leer noticia completa
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