“Primero hay que saber sufrir”. La selección argentina tuvo que vivir la icónica frase del tango Naranjo en Flor para lograr el tan ansiado y esquivo tercer título mundial. Parecía tenerlo ganado en los 90 y en el alargue, pero recién en los penales pudo festejar. Tras la enorme presencia de Dibu Martínez en el arco y el penal de Gonzalo Montiel se desató la locura contenida en el Estadio Lusail y en las redes sociales distintas... + Leer noticia completa
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