A Elitusalem Gomes Freitas le regocija el aroma dulce de la pólvora quemada: con una potente carabina calibre 40 acertó al blanco en un club de tiro de Río de Janeiro, uno de los tantos que florecieron en Brasil durante el Gobierno de Jair Bolsonaro. Luciendo una calavera y el nombre “Bolsonaro” en su camiseta, este expolicía reitera una de las máximas del presidente proarmas: “Un pueblo armado jamás será esclavizado”.... + Leer noticia completa
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