Luego de más de una década de espera, retrocesos y declaraciones grandilocuentes, parece que finalmente el Estado se hará cargo directamente de la gestión del sistema de pensiones. La pregunta clave es: ¿los funcionarios que se harán cargo de la Gestora, es decir, de nuestras jubilaciones, serán competentes, eficientes y autónomos? ¿O se convertirá esa institución en un nido de corrupción e ineptitud? En lo personal, estoy casi... + Leer noticia completa
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