Confieso que yo los maté. Los fui asesinando uno por uno. El primero en caer fue el cuentista, quizá porque era el más ingenuo de todos, creía cualquier cosa que escuchaba incluso las más absurdas. Le costaba diferenciar la realidad de la ficción y pensaba que muchos de sus personajes eran personas reales que había conocido en circunstancias que, sin embargo, no podía recordar. A él lo maté de angustia, le mentí diciéndole que no... + Leer noticia completa
Notibol es un agregador informático de noticias y no es responsable del contenido de los enlaces a los sitios externos que generan las noticias.
Acerca de Notibol | Contacto | Política de Privacidad | Descargo de Responsabilidad