Aquella mañana de lluvias tardías, Rosalba Guamán acompañaba a su abuelo a las infinitas oficinas de la burocracia estatal. El precario sistema público subsistía chapaleando en un pantano de aguas muertas que únicamente parecía alterarse ante la caída de una inesperada lluvia que obligaba a buscar refugio. Joaquín Guamán y su joven nieta, siguiendo el barrido de la tempestad, se acogieron al abrazo protector de la cornisa de una... + Leer noticia completa
Notibol es un agregador informático de noticias y no es responsable del contenido de los enlaces a los sitios externos que generan las noticias.
Acerca de Notibol | Contacto | Política de Privacidad | Descargo de Responsabilidad