El pasado 10 de enero pasado el cuerpo de un bebé apareció en un bote de basura de la cárcel de Puebla (México), tenía una incisión en el vientre. Nadie sabía su identidad, ni cómo había entrado al penal y la razón para que esto sucediera. En uno de sus pequeños brazos llevaba una pulsera que lo identificaba, era solo el comienzo de una tétrica historia. Los apellidos del bebé, inscritos en la pulsera, hicieron que se logre... + Leer noticia completa
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