Por: Oscar Silva / Aquella tarde del domingo 10 de noviembre de 2019 en que Camacho y dos de sus secuaces más próximos se postraron de rodillas en el centro del hall del Palacio Quemado, con la Biblia en la mano, había tocado el cielo, había alcanzado la gloria, él como dirigente cívico y detrás de él todo aquello que representaba. Sus oraciones, sus bloqueos, sus movilizaciones habían logrado su propósito: tomar el poder a como dé... + Leer noticia completa
Notibol es un agregador informático de noticias y no es responsable del contenido de los enlaces a los sitios externos que generan las noticias.
Acerca de Notibol | Contacto | Política de Privacidad | Descargo de Responsabilidad