AFP / Bogotá Cae la noche en Bogotá y los jóvenes, algunos vestidos de negro y con maquillaje metálico, avanzan en fila bajo una carpa de música y luces. Antes de sumarse a la fiesta, someten su cocaína, éxtasis o ácidos a un examen rápido para descartar peligrosas adulteraciones. Un grupo de voluntarios se encarga del testeo, gracias a una autorización oficial que les permite analizar las sustancias que los consumidores portan... + Leer noticia completa
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